No es que estos días me haya pasado algo por el cual quiera traer esta poesía, pero no negaré en en cierto momento, ésta tan escueta me sirvió como un soplo de aire fresco. Hoy es mi ultimo día de vacaciones, mañana me vuelvo a la pelea con el tren, el autobús, el metro, el teléfono, los compañeros... mejor paro aquí que si no volveré con la misma ansiedad con la que fuí
¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros de la tierra?
Si alguien aspira a derribarte, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pronto se abate por los suelos
el Escorial que tu talento encierra.
¿Que no cede el ataque ni un momento?
¿Que a todo trance buscan tu fracaso?
¿Que te cansa el luchar? ¡No lo disputo!
Mas oye, amigo, este refrán de paso:
¡Se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?
Marcos Zapata