Crisis. Todo es crisis

La palabra crisis gana fuerza cada vez más, incluso cuando ya parecía que no podía superarse, va y lo hace. El mundo, o tal vez sólo este país, camina hacia atrás, como los cangrejos. Y por más que uno trata con todas sus fuerzas sacar un poco de optimismo para inyectarlo al alrededor, al final la negatividad flotante termina salpicándote.

Sí. Todos estamos ya muy sugestionados. Vemos paro, desgracias, tiendas cerradas, pisos vacíos… como si no hubiera ni un ápice de cosas por las que uno pueda intentar cambiar el chip. No gastamos por miedo a lo que nos pueda pasar en los próximos meses y escuchamos las noticias con un pequeño halo de esperanza que diga que ya todo remonta. Pero no, las noticias distan muy lejos de eso y todo lo que nos transmite es que si algo puede ir mal, es que va a ir peor.

Estas últimas semanas ya hemos empezado a rizar el rizo, el colmo de las medidas anticrisis: que si jubilación a los 67, que si bajada de sueldos porque cobramos mucho o incluso despido libre para que el trabajador esté motivado y produzca más. Medidas que tenemos que aceptar casi a un modo de chantaje, porque sino dicen que no saldremos del agujero.

De todas las cosas que hemos oído, me ha hecho especial gracia la que comentó la semana pasada un modisto, creo que era Adolfo Domínguez, que proponía el despido libre para que el trabajador no se fiara. Claro, así uno debe revalidar sus méritos para ocupar un puesto de trabajo cada día (Y no cuenta lo que hayas podido hacer durante años o incluso décadas) y así también al empresario no le cuesta ni un centavo renovar la plantilla. Él decía que así estaríamos más motivados, yo diría acojonados porque cualquier nimiedad puede ser objeto para ponerte patitas en la calle. Mientras que ahora un empresario que tiene una plantilla con cierta antigüedad no puede quitarse a ese empleado, del cual le molesta su presencia, por simple antojo. Puede echarlo, sí, pero le cuesta un dinero. A eso lo llamó motivar, como si no hubiera otros métodos para incentivar a la plantilla para que sea más productiva. Para este señor, la mano de hierro es la mejor motivación. Jarabe de palo para todos.

También hay que bajarse los sueldos, porque tenemos que ser conscientes que cobramos más de lo que producimos. Y si no estamos motivados para producir, nuestra hora de trabajo es una lacra para el empresario. Así que, sueldos más bajos. Lo curioso es que si hoy en día ya cuesta vivir con dos jornales normales, si éstos además son más bajos ¿Cómo quieren que lleguemos a final de mes? Por supuesto que podemos reducir gastos. Podemos comer si eso sólo una vez al día para evitar gasto, y para gastar menos en ropa, que nos pongan un uniforme gris para que ahorremos. Así toda la clase trabajadora será más fácilmente reconocible por el claustro de sabios. Todo aquel que vaya con el traje de pobre, es que es pobre.

Y ya sólo queda que nos jubilemos más tarde, porque así evitaremos que exista más gente cobrando la pensión (Cobraran el paro… aunque lo mismo la semana que viene nos dicen que no lo cobremos. Total, ¿Para qué?). Además, a los 67 aún se está muy bien para doblar la espalda en un almacén, o para transportar ladrillos o estar bajando en una mina. Con 67 la salud aún no se resiente y hoy en día nos jubilamos a los 65 simplemente para estar ociosos y poder beneficiarnos de los viajes del inmerso. Es que somos unos jetas en toda regla. Nada que ver con Europa. Allí son más productivos. ¿O no es eso? Ahora, que los altos ejecutivos sí pueden jubilarse, ya no a los 65, ¡a los 60! O incluso antes.

No es que quiera cuestionar lo que esta gente tan inteligente, este claustro de sabios que abogan por sacar el país adelante, han decidido. Pero cuando los escucho, cuando veo lo que dicen y cómo lo hacen, me pregunto si estas medidas que se están sacando de debajo de la manga, bajo la amenaza de la crisis, no es simple oportunismo para hacer lo que siempre quisieron pero no pudieron y ahora, cómo estamos todos tan sugestionados, ven cómo el camino está, no libre, pero al menos más despejado.


2 comentarios:

  1. La crisis: ese desastre hecatómbico que ocasionaron los bancos y los banqueros en ese ansia puta -¡perdón!- de ganar más dinero sin ponerse colorados al especular hasta el infinito y más allá... Y para sacar a esos jodidos banqueros -¡perdón!- de su hoyo económico se inyectaron millones y millones de euros de origen público para que ellos no cayeran. Y los únicos que cayeron fueron los menos afortunados, los de siempre.
    Recortar: sueldazos de altos cargos de las administraciones, pensiones de antiguos parlamentarios -por 8 años pensión vitalicia "quetecagas"-, gastos innecesarios en administraciones varias, gastos de casa real y demás...
    Cobrar: impuestos a bancos por el dinero prestado... el nuestro.
    Pagar: por los despidos.
    La crisis es siempre para los mismos de siempre, para los contratados sin contrato fijo... y también para los fijos, que a la hora de despedir...
    No, yo no quiero trabajar hasta los 67 años, que curren otros, que no derrochen nuestro dinero, que yo llevo pabgando más de 22 años la cuota de la Seg. Social para algo...
    Qué rabia, madre mía, qué rabia me da todo esto...!
    Perdón por extenderme... Besos

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  2. Hola,

    al leer esta entrada y las quejas no dejo de sertirme un poco avergonzado por la parte que me toca, y es que como economista (pero no de los neoclásicos), yo y mis colegas de profesión o estudio somos responsables en buena parte de donde estamos.

    Y como para echarnos de todo, menos piropos, ya hay un nutrido grupo de habitantes (lo de ciudadanos me ha parecido siempre ofensivo para los que viven en pueblos), quiero romper una lanza a favor de mi gremio, y que conste en acta que no tengo acciones de ningún tipo en ningún banco.

    La economía es algo muy complejo, mucho, más de lo que parece, donde por suerte o por desgracia entra en juego otras disciplinas como la política, la sociología, la psicología o el derecha. Unos muy bueno economistas no pueden haer nada si al final, quien toma las decisiones hace caso omiso de ellas para ganar unos votos. También queda en vano esforzarse en decirle a la población que no se endeude por encima de sus posibilidades cuando la avaricia y el dinero fácil, a través de la revalorización de las casas o pisos, aparece como una solución relativamente rápida y sin esfuerzo de enriquecerse.

    Es muy bonito, a toro pasado, decir que había que haber parado la burbuja, ¿pero quien pone puertas al campo? Una buena parte de la población, y hablo más de mis padres o generaciones similares, se acuerdan de tipos de interés el 20 y pico por ciento y, de repente, se piensan que todo se va a mantener en el 3 o 4 para el resto de la vida, y no hay nongún ejemplo en la historia de una situación así sin una situación de decrecimientoo recesión de fondo (léase Japón).

    Desde luego que hay reponsabilidades que pedir y altos cargos que censurar, por su ineptitud y cobardía, pero mirémonos el ombligo cuando viendo que el tren iba desbocado y preferimos descarrilar antes de poner el freno. Ayer u hoy se publicaba que en España hay casi un 25% de economía sumergida, economía no reconocida legalmente. Ese dato es una bestiaidad de ser cierto (queda saber cómo se mide, porque es tremendamente complejo de calcular), pero unos puntos arriba o abajo, tradicionalmente hemos sido un país de mucha actividad encubierta.

    Y del tema de la jubilación ya no hablo porque estoy soltando un rollazo qe da miedo.

    Saludos

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