No me dio tiempo a despedirme, pero al menos aquí estoy a la vuelta de unas minivacaciones en Salou, aunque sería más exacto decir en Port Aventura, pues durante mis días en la ciudad, lo que realmente hice fue estar en el, para mí, mejor parque temático de España.
Aún me quedan vacaciones que disfrutar, pero salidas como ésta ya se han acabado para tofdo el año. Como dice Lidia Lozano: "la gente se va este año de vacaciones, pero dos días y se vuelven". Lo que me resta hasta mi regreso al trabajo será para descansar y relajarme. Para cargar las pilas de nuevo antes de la vuelta frenética. Tal vez el mejor tiempo empleado. Y ¿por qué no? tal vez para empezar a escribir una nueva historia, que Épsilon ya quedó atrás y estos días me han dado una buena idea. No sé... hasta que no empiece a aporrear las teclas de mi ordenador no sabré si prospera a o no, pero de momento en mi mente tiene muy buena pinta.
Hoy no me puedo entretener gran cosa. Ya tengo la maleta deshecha y estoy preparando la casa para recibir al sobrino, que llegará en unas horas (mientras su madre se marcha a Praga), tengo que colocar la casa, hacer compra, responder a una entrevista que me están haciendo y agraceder ya algunos comentarios públicos, como el de Universo Delta, sobre las conclusiones de Los Vestigios del Dios. Tengo muchos quehaceres, pero calma... ¡Aún tengo casi tres semanas de vacaciones para ponerme al día!
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