Un paso adelante


Pese al poco tiempo que tengo últimamente, o a lo mejor son las ganas –que uno ya sólo piensa en vacaciones- hoy no puedo resistirme en sentarme cinco minutos para decir que ¡Ojalá fuera catalán! ¡Ojalá viviera en Cataluña! La primera Comunidad Autónoma en dar un paso adelante para abandonar las torturas públicas a los seres vivos, pues acabo de enterarme que el parlamento catalán ha aprobado la propuesta para suspender las corridas de toros en todo su territorio.
Desde luego que es un paso adelante a la hora de abandonar las viejas costumbres arraigadas en épocas bárbaras, y espero que no quede aquí. Otras comunidades deben tomar el ejemplo que, una vez más, parte de esta comunidad tan polémica, tan llena de gente con diferentes modos de pensar, tan característica y tan controvertida. ¿Difícil, verdad? Es complicado ver a otras regiones de España sin esta tradición, haciendo que sus plazas de toros se reconstruyan para tener otra finalidad, o quién no nos dice que derribándolas para construir nuevos edificios. ¿Acaso alguien se imagina a una Andalucía sin sus toros? Es como sin su rocío ¿verdad? ¿O Pamplona sin sus tradicional corridas tras los míticos e internacionales encierros? Supongo que no, por eso imagino que el camino que hoy ha abierto Cataluña será un sendero estrecho dónde muy lentamente caminarán algunos.
Que alguien me corrija si me equivoco, pero Cataluña no será la única que no realice corridas en su territorio. Según he leído en algunos comentarios de foros y blogs ya hay una comunidad que no incentiva esta costumbre, aunque no la ha ilegalizado como ha hecho el parlamento catalán. Simplemente, no se practica: las islas Canarias. No sé si es cierto o no porque, como buen no-aficionado a los toros, no presto atención dónde se celebran los asesinatos. Pero de ser cierto ya tendríamos dos de las diecisiete comunidades dando de lado a la tortura animal legalizada y jaleada desde las plazas habilitadas a tal efecto por una muchedumbre dominada por el deseo de ver morir a un ser vivo, como antaño pasó en los circos romanos dónde gladiadores combatían entre ellos hasta acabar con el otro o cuando se arrojaban a los cristianos a los leones (¡Ay, que tiempos! No sé por qué se perdió la costumbre con los cristianos… ésa me hubiera gustado –nótese el tono de broma-).
Curiosamente, pese a la prohibición aprobada hoy en el parlamento catalán, las corridas de toros en Cataluña ya era algo muy poco frecuente. De hecho, la medida que costará 300 millones de euros en concepto de indemnización a la tauromaquia por arrebatarle una licencia que tiene 99 años de duración (¡¿Pero quién legisló eso?!) sólo afecta a una única plaza de toros: la Monumental de Barcelona. En el resto de territorios, ya sucedía como en Canarias. Simplemente, las corridas no se celebraban. Por tanto, ¿era necesaria dicha ley? Posiblemente sí, pese a su poco “alcance” en cuanto a plazas se refiere, la ley aprobada hoy supone un revés al sector taurino, un precedente que ya asienta una base y sobre todo un temor: que se una más gente a la causa.
Luego, por puesto, está la parte política de este debate. Que si los catalanes lo han hecho sólo por despreciar a España, que ha sido un modo de ver que no se sienten españoles, que no se sienten identificados con esto que llamamos Fiesta Nacional. Pero perdonen, yo nací en Madrid, capital de esto que llaman algunos el reino de España (A ver si pasamos a república pronto, que lo de reino suena a otros tiempos) y tampoco me siento identificado con la Fiesta Nacional, al igual que les sucede a muchos andaluces, muchos riojanos, muchos cántabros, muchos gallegos… Como también ocurre que hoy, muchos catalanes, lamentan enormemente lo que su parlamento ha decidido (Véase foto de una catalana a la que seguro no le ha hecho gracia). Fue una lástima que se politizara el debate, pues el tema a tratar no era ése, sino otro: toros si o toros no. Y punto.

2 comentarios:

  1. Yo también estoy muy satisfecha por el hecho de que los catalanes hayan vetado las corridas de toros... algunos han querido tachar esa decisión de tintes políticos, pero yo no soy política, ni soy catalana ni soy independentista y estoy muy contenta de que se haya prohibido. Ojalá se haga lo propio e el resto de España... Aunque me huelo que, si salne los PP en la próximas elecciones, protejan la que ellos llaman 'fiesta nacional' con el traje de fiesta de interés cultural y tal, para que no se pueda vetar.
    Un cordial saludo

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  2. Un politico siempre "politizara" cualquier acto social, justo o injusto. Asi que no debe sorprendernos. Solo que a veces se ven obligados a dejar la comodidad de sus despachos y escuchar a quienes los han puesto alli, es decir, nosotros. La base moral de esta resolucion queda por encima de los intentos de aprovechamiento electoral (cosa que, repito, SIEMPRE haran los politicos, es su naturaleza). A ver si un dia los votantes les pillamos el truco y aprovechamos su intrinseco deseo de promocion personal para obtener lo que nos deben desde el principio de los tiempos: que hagan su trabajo en favor del beneficio comun y no pensando en sus bolsillos.

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