Los cavernícolas salieron de la cueva



Ya he manifestado en otras ocasiones lo poco que me gusta el fútbol, y lo que me disgusta la celebración prehistórica de bocinazos en la calle. La llegada del mundial me hacía temer lo peor, que una vez más los cavernícolas saldrían de sus cuevas para molestar a todos los demás, encima en una celebración de máxima afluencia, pero la semana pasada hubo un silencio apaciguador por las calles de mi ciudad. No se escuchó ni un alma. Sólo el viento chocar levemente contra los cristales de mis ventanas.
Era algo gratificante, relajante y que me hacía entender que un resultado negativo para la selección había permitido que no se manifestara esa gente con extraños modos de celebración. No obstante la suerte no me sonrió ayer. La selección española ganó (por fin) y los cavernícolas salieron dispuestos a vocear y dar bocinazos. Gritos, jolgorio… y aunque esta vez fue a las diez de la noche, me siguió pareciendo molesto. Sigo sin entender por qué, el lugar de irse de fiesta a un bar, tienen que gastar rueda, gasolina y provocar una contaminación acústica. ¡Ya sabemos que ganó la selección! ¿Por qué demonios tienes que salir a dar por culo con el coche?
Pero hay más cosas que no alcanzo a entender. Y es que, amigos, soy un poco corto ¡Qué se le va hacer! No entiendo por qué en estos días es normal que se ondeen las banderas de España desde las terrazas y balcones, que la gente se enorgullezca de los colores amarillos y rojos, devoción que sabemos que automáticamente desaparecerá en cuanto la selección salga de la competición. Entonces no tardaremos en asumir que aquél atrevido que exhibe los colores españoles es un facha, un fascista, uno de ultraderechas. Ahora, por el fútbol, está permitido. Ahora no se trata de un símbolo de Estado, sino de un símbolo deportivo. Y yo me quedo agilipollado. Y es que esos mismos cavernícolas que molestan cuando gana la roja, dentro de tres meses te mirarán de reojo si vas con un símbolo español y asumirán que eres facha, si son de izquierdas, o que eres de los suyos, si son de derechas. Pero ¡Qué coño! Que la bandera ya estaba mucho antes que ese deporte de veintidós tíos pegando patadas a un balón.
Yo quiero que la selección salga de la competición cuanto antes. Sí, que la selección de Chile le dé el pasaporte de vuelta. Pero no por las molestias que los cavernícolas me causan cuando la roja gana, sino porque, en estos tiempos de crisis, tener a esos muchachos en Sudáfrica nos sale por un pico. Todo el despliegue de medios, todas las atenciones que tienen, más lo que cobran por jugar y primas por ganar. ¿Acaso no acaban de bajar un 5% a los funcionarios? ¿Por qué tiramos el dinero público con estas cosas? ¿Por qué, como dijo Mercedes Milá en el bolo, los jugadores no dan ejemplo y renuncian a las suculentas primas que les darán en caso de ganar? Total, si todos ya están forrados y no olvidemos que ninguno de ellos está encontrando una cura contra el cáncer, ni está descubriendo mundos lejanos, ni tan siquiera están resolviendo conflictos en el extranjero. No, están dando patadas a un balón… debajo de mi casa hay unos chavales que lo hacen gratis. Y encima se creerán que hacen algo digno por la humanidad...
¡Ay, qué cuadriculado es el mundo! Seguiremos aguantando.

1 comentario:

  1. Dos comentarios hoy, desde luego, se me acumula el trabajo jeje.

    Os dejo un enlace para que miréis los números de la selección (http://panorama.laverdad.es/sociedad/1112-el-negocio-de-la-seleccion-espanola-de-futbol). Desde luego que todo ese dineral gastado me parece una aberración, ahora que estamos en tiempo de crisis, pero mucho antes ya me parecía un despropósito, sobre todo porque considero que desvirtua la imagen del deporte para convertilo en algo puramente mercantilista. Pero mi vena economista me lleva tambiéna a anlizar todo desde una perspectiva de inversiones y sería muy simplista reducirlo todo a un gasto despilfarrador, porque tal y como recoge el artículo existen ganancias económicas importantes.

    Con respecto al hecho de llevar la bandera, eso es una mentalidad muy arraigada de que quien la luce por un motivo no deportivo es porque lo hace como exaltación de una ideología. Yo no tengo ninguna camiseta ni nada de la selección por dos razones: al igual que la ropa de otros equipos, es carísima si la compras original y porque el amarillo y rojo no combina jejejeje.

    Saludos

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