Final fantasy IV: dificultad a raudales



Gracias a la Nintendo DS, que me cayó por mi cumpleaños en marzo, he podido disfrutar del remake de la cuarta entrega de mi saga favorita y he podido conocer mejor los orígenes de esta longeva serie. Ahora ha sido el turno de la historia de Cecil y Golbez, tras haber disfrutado de la historia de los caballeros cebolla, y si debo resumirlo en una frase, ésta sería: dificultad a raudales.
Supuestamente FFIII tiene una curva de dificultad mayor que la cuarta entrega, pero para mí ésta ha sido, con diferencia, la más complicada de toda la saga (Y mira que he jugado a casi todos). Una dificultad que está intrínseca en la propia historia, ni siquiera hablo de misiones secundarias y alternativas ajenas al eje del juego. No, lo chungo está en el propio juego.
La historia vuelve a caminar por los derroteros de los primeros juegos. Se trata de una historia de príncipes y princesas, reinos desolados y un mal que acecha al mundo entero, dónde un grupo de héroes se dan cita para salvarlo. Sí que es cierto que en esta ocasión encontramos importantes matices sobre los personajes que lo hacen completamente distinto a cómo sucedió en FFIII, dónde todo radicaba en llegar ciudad, conoces un problema, lo resuelves y vas a otra. No, aquí los personajes interactúan de un modo diferente y están dotados de los principios de una gran personalidad, como más tarde disfrutaríamos con Squall, Yitan o Tidus. También, por primera vez, vemos un antagonista definido y con peso y no un simple ente indefinido que representa el mal. Hablo de Golbez, un antagonista mucho más carismático y con más relevancia en su historia que el idealizado Sefirot.
Pero más allá de protagonista y antagonista, aquí ligados a una historia común que los une demasiado, el resto de personajes que formar la historia también tienen algo que contar. Rosa, novia de Cecil; Kain, el amigo traicionero; Edward, el príncipe cobarde; Edge, el príncipe ligón… y es que, como dije al principio, aquí hay mucho príncipe y princesa. Incluso aquéllos que no lo son, acaban el juego reinando algo. ¡Qué tiempos aquéllos los que todo dependía de ser Rey de lo fuera!
El sistema de juego se mueve de un modo muy similar al que veríamos años más tarde con FFVII y FFVIII, abandonando la ejecución de comandos para que después, en función de las estadísticas, interactúen enemigos y aliados. No. Aquí ya vemos una barra que se va llenando y una vez completa te deja introducir la acción. Entonces debemos esperar una nueva barra para realizarla. Algunas se completan casi automáticamente, como atacar, otras tardan un poco más. Y encima, para darle un poco más de dificultad, aquí tienes la responsabilidad de manejar hasta cinco personajes, lo que puede llevar a una acumulación de turnos si no decides pronto.
Los enemigos son bastante puñeteros pues una gran cantidad de ellos tienen habilidades que afectan al grupo entero. Esto, en determinados momentos, puede hacértelo pasar bastante mal, pues ir con un nivel insuficiente puede hacer que caigas derrotado en dos turnos y no precisamente contra enemigos importantes. Los hay muy normalitos que te pueden tumbar. Puede que, incluso yendo sobrado, te pongan entre la espada y la pared.
Es largo, no el que más, pero da para mucho. A lo que hay que sumar el ensayo/error para poder ir avanzando, pues hay momentos que no se ve tan claro para poder continuar (Al menos que hagas uso de alguna guía, siempre recomendable para estos juegos) Además, gráficamente no luce mal. Es un remake bastante conseguido con gráficos poligonales, casi primos hermanos a los que vimos en FFVII, puede que incluso sean mejores. Se sigue echando de menos que las voces no estén en castellano, pero ése es un fallo que sigue acusando la saga incluso en los números actuales. Musicalmente hablando, creo que con Nobuo Uematsu se dice todo. Vamos, que soberbio, a la altura de lo que fue la Gran Saga.
Personalmente me ha gustado. Más que FFIII pero menos que FFVIII. Aunque, claro, puede que mis continuas derrotas, mi desesperación en determinados momentos o mi indignación por morir tras cuarenta y cinco minutos sin encontrar un punto de guardado haya eclipsado un poco mi percepción. Y es que, después de que nos lo den regalado con el FFXIII, éste puede ser muy duro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario