Vendedores de miserias


Ayer leí una noticia en un portal de Internet que me dejó, cuanto menos, alucinado. Una cadena de televisión inglesa está buscando a un enfermo terminal para que se preste voluntario para un nuevo programa, dónde enseñarán a los espectadores los secretos de momificación de los egipcios. Yo no creo en Dios, pero si creyese, diría eso de: ¡Válgame, Dios!
La telerrealidad es un formato que siempre me ha llamado la atención. Programas televisivos como Supervivientes (En su origen), Operación triunfo (Quien no vea la telerrealidad aquí, es que no sabe qué clase de programa es OT), y por supuesto el padre de todos ellos: Gran Hermano. A lo largo de todos estos años, desde que el programa de Mercedes Milá diera el pistoletazo de salida en Holanda –primer país que emitió el concurso- hemos podido ver una continua adaptación de este formato para hacerlo más atractivo. Sin duda supuso un cambio en los modos de hacer televisión, eso es innegable guste o no, y a sus espaldas hay grandes éxitos como fracasos. Son tantos, que ponerme a enumerarlos aquí, es algo casi imposible. De los que hemos visto en España, podemos recalcar a El bus, la isla de los famosos, Confianza ciega, Fama, Pekín Express (ese programa que consiente bofetadas), Hotel Glam, El Aprendiz, La casa de tu vida... son tantos y tan dispares que a veces se puede pensar que beben de otras fórmulas, pero la esencial radica de GH: "24 horas" tras las cámaras –ya sea durante dos días o cuatro meses largos, en una casa, en una isla o viajando en autobús o caminando-, y cabe resaltar que todas las cadenas de televisión han intentado tener en su parrilla un programa así.
Curiosamente, a pesar de los componentes más frikies que hemos podido ver en algunos de los programas que menciono, España es uno de los países dónde mejor funciona el reality sin la necesidad de vender el morbo en el estado más puro. Sí, aquí somos más light. Vemos a Indhira, o mejor dicho, la oímos gemir debajo de un edredón y ya nos echamos las manos a la cabeza sin necesidad de ver más. La imaginación nos basta para escandalizarnos. En otros países las imágenes la emiten sin censura, enseñando los culos de los protagonistas y si es necesario, enseñan hasta cómo cagan en el retrete (¿Alguien ha visto eso en GH España? Porque yo no). Tal vez esa falta de pudor o esa demanda por parte de un público más morboso o menos escandaloso ha provocado que las adaptaciones de los formatos de telerrealidad en el extranjero hayan dado un paso más en esa evolución del formato.
Personalmente me parece que esa evolución ha provocado un flaco favor al género. Algunos de los programas que aquí ni nos planteamos han terminado con las protestas de un público mayoritario, y sus seguidores son mínimos. Han desvirtuado parte de la esencia y han terminado dando la razón a aquéllos que siempre recelaron del mismo. Si nunca han valorado GH por el increíble esfuerzo que implica hacer un programa de esas magnitudes, sin descanso durante todo el tiempo de emisión (Esta edición ya tiene récord de duración, acabará tras 145 días), sin importar el esfuerzo de guionistas, realizadores, cámaras... ¿Cómo se supone que lo harán cuándo el género está teñido de ciertos esperpentos?
En la lista de esas vejaciones podemos encontrar varios casos, cómo el que he hecho mención al principio. Channel 4 está buscando a un voluntario que se deje momificar y todo porque un grupo de científicos creen haber descubierto la fórmula utilizada por los egipcios. El programa trataría de mostrar -alegando un interés cultural (Eing)- cómo se hacía esta práctica y aseguran que el cuerpo momificado permanecerá durante dos años en un museo para disfrute de todos. Ahora, no hay retribución económica ni para el enfermo ni para la familia de éste. El único premio es estar momificado, proceso que pagará la productora del programa.
No es la primera vez que Channel 4 hace adaptaciones de esta telerrealidad usando la muerte como reclamo. Ya el año pasado pudimos oír el caso de la polémica concursante del Big Brother, que tras enfermar de cáncer, decidió crear un programa que reflejase su lucha. En un principio el programa trataba de "animar a los enfermos de esta jodida enfermedad" a seguir adelante. No obstante, fue un mal ejemplo. Jade Goody fue declarada terminal, aunque el programa continuó emitiendo hasta el final por una cantidad desorbitada de dinero que heredaron los hijos de la mujer.
Otro de los realities que más me ha sorprendido fue otro que emitió Holanda, donde una mujer agonizante donaba su riñón a uno de los tres enfermos que debían competir entre si para hacerse con el órgano. Más tarde se supo que todo se trata de una "broma". La mujer no estaba terminal (Y espero que los receptores también fueran de mentira) y supuestamente lo que pretendía era denunciar los problemas derivados de las leyes de donación de órganos. El programa ganó un Emmy al mejor programa sin guión.
También se ha televisado otros programas de extraño contenido práctico. Channel 4 y la BBC han emitido autopsias al más puro estilo CSI pero de verdad y en Alemania hasta ¡un suicidio asistido! (Yo no sé si esto último será verdad, pero así lo asegura vertele.com)
Cómo veis, en España somos mucho más light, esta España de Charanga y Pandereta, que diría Antonio Machado, que nos vende lo más friki mientras los demás países venden lo más miserable.
Este tema me ha recordado uno de los relatos que escribí el año pasado. Lo escribí para un certamen de relatos de Bubok, dónde el tema a tratar era la justicia –o injusticia-. Presenté dos, El genio de la lámpara, donde quedé tercero y otro que titulé El vendedor de miserias, que quedó quinto. No fue un mal resultado. Os dejo con el relato en cuestión.


El Vendedor de Miserias

- Por favor, colóquense en sus puestos y aguarden la señal -informó una voz por la megafonía.

Los dos hombres, que esperaban en el extremo de la sala, se miraron fijamente con el rostro afligido y el pulso tembloroso, y caminaron hasta el otro lado, donde se suspendían dos cámaras digitales y dos micrófonos en sendos atriles de madera. Se pusieron enfrente de ellos y esperaron con un débil llanto que intentaban disimular.

- Hola, bienvenidos al Vendedor de Miserias -irrumpió de nuevo la voz de megafonía- En primer lugar ¿Están aquí voluntariamente? -y los dos asintieron levemente- Bien, recordemos las reglas. Los dos han entrado en esta sala para ser evaluados por todos nuestros internautas. Dispondrán de quince minutos para decirle a nuestro público por qué deben ganar. Transcurrido ese tiempo, los navegantes decidirán quién gana. El vendedor se llevará de premio cien mil euros, el perdedor se verá obligado a donar uno de sus órganos. Hoy se pone en juego el corazón. ¿Entendido? -y uno de los hombres echó varios pasos hacia atrás, arrepintiéndose de haber entrado– Recordad que sólo pueden decir la verdad. El tiempo empezará una vez se encienda la luz roja dispuesta arriba. Suerte.

Y con las miradas detenidas en la bombilla aún apagada, los dos hombres esperaron con un nudo en la garganta, el corazón latiendo a mil por hora y sintiendo como el sudor resbalaba por sus frentes. Hasta que entonces, la luz se encendió y los dos corrieron a coger sus respectivos micrófonos, y con los ojos fijos en los objetivos de sus cámaras, los hombres confesaron su vida:

- Yo necesito dinero… con urgencia. Tengo cincuenta y ocho años, me despidieron del trabajo hace tres y aún no encuentro nada. Nadie quiere contratar a un hombre tan mayor. No sé manejar las nuevas aplicaciones y en consecuencia siempre contratan a la gente joven.
- Mi mujer me abandonó hace diez años -interrumpió el otro hombre- Tengo un hijo con ella al que no veo desde entonces. Él cree que no le quiero y hace unos meses me escribió una carta horrenda para pedirme que no intentase llamarle, que no quería verme. Y todo por ella, por que le puso en mi contra desde el día que nos divorciamos.
- Estos son mis tres hijos -comentó el otro mientras se palpaba el tejano, sacaba la cartera y enseñaba una fotografía a la cámara con el pulso tembloroso -David, José y Ángela… ella es la pequeña y está enferma. Tiene el síndrome de Arnold Chiari y no puedo ayudarla. Han descubierto un nuevo tratamiento en un hospital de Bélgica, pero es muy caro.
- Caí en una fuerte depresión por culpa del abandono de mi esposa y por mi traumática separación de mi hijo. Ahora sólo tengo el apoyo de mi madre, con quien vivo, pero ya está mayor y tengo que estar muy pendiente de ella, pues hace un año le diagnosticaron Alzheimer. Sólo me tiene a mí.
- Mi mujer falleció en un accidente laboral -espetó el primer señor con los ojos llenos de lágrimas- Se le cayó un palé encima hace dos años… Trabajaba mucho para intentar subsanar el jornal que yo no metía, doblaba turnos para sacar un poco más para curar a Ángela… pero un despiste le costó la vida. Desde entonces he vivido con el subsidio que me da el gobierno y la indemnización que me dieron entonces. Pero ya no me queda nada y vivo de la caridad de la parroquia de mi barrio.
- Hace unos meses recibí un comunicado del Ayuntamiento. Me van a expropiar mi casa para construir una carretera. Di todo mi dinero a unos abogados que prometieron resolver el asunto, pero luego no han hecho nada. ¡Y encima no quisieron devolverme el dinero! Por lo que tengo que coger a mi madre y marcharme a una habitación de alquiler, pues no me llega para otra cosa con mi jornal. Apenas me llega para cubrir mis necesidades con lo que tengo que pasar de pensión a mi exmujer.
- Cuando era adolescente me enganché a la heroína -apostilló con severidad- Les robaba dinero a mis padres para poder comprar más droga y cometí diversos delitos menores. Mi madre sufrió mucho, hasta que me metió en el proyecto Hombre y pude salir.
- Cuando era más pequeño mi padre me pegaba auténticas palizas -sentenció su contrincante-Era un alcohólico empedernido que llevaba una vida frustrada y lo pagaba conmigo y mis hermanos, hasta que un día me harté y le maté. Pero mi hermano no dejó que me entregase a la policía y se confesó como el autor del crimen. Ahora está cumpliendo condena y la única visita que tiene es la mía. Estoy en deuda con él desde aquel momento.
- Me han atracado en tres ocasiones. La última vez iba con mis dos hijos mayores y a uno le clavaron una navaja… Tuvieron que operarle a vida o muerte.
- Mi padre no sólo nos pegaba, sino que también abusaba de nosotros. Me metía en una habitación oscura y me agarraba de la mano para que le masturbase… A veces llegaba a mayores y mi madre ni siquiera lo sabía, o mejor dicho, no quería saberlo.
- ¡Esta es la segunda vez que acudo a este lugar y ya he perdido un riñón!- gritó enfurecido.
- ¡No puedo abandonar a mi madre y mi hermano!
- ¡Mis hijos dependen de mí!
- Lo suplico.
- Por favor.

Y entonces la bombilla se apagó. Los quince minutos habían transcurrido y los dos permanecieron en silencio sin mirarse, con la cabeza gacha y susurrando oraciones para sus adentros mientras aguardaban el veredicto.

Al otro lado, los ordenadores empezaban a computar los votos de los internautas que estaban participando en aquel juego ilegal, decidiendo quien de ellos volvería a su casa con el premio, mientras que el otro debía quedarse ahí, a la espera de entregar lo que hoy había en juego: Su propio corazón.

Sin embargo, hubo algo con lo que no contaba la organización: Un empate… Necesitaban desempatar… ¿A quién votas tú?


4 comentarios:

  1. Empezando por el relato, yo no votaría a ninguno simplemente porque nunca entraría en un juego online tan macabro como ese.

    Entrar a valorar una serie de sucesos tan desgarradores como los que se narran es poco menos que jugar a ser Dios (ese a quien yo sí creo, pero no a sus representantes en la tierra, léase la Iglesia). El dolor y el sufrimiento, por desgracia, no tiene una vara de medir y lo que aún es peor, no es finito. ¿Cómo determinar que una violación es peor que un asesinato?

    Respecto a la telerrealidad, yo creo que muchas veces en la opinión pública se pone el foco sobre el actor equivocado. ¿Quien es el responsable de que haya contenidos éticamente tan cuestionables: las productoras televisivas o una audiciencia deseosa de satisfacer sus deseos más oscuros?

    En Economía, existe la llamada "Ley de Say" que dice a grandes rasgos que la oferta crea la demanda. De tal modo que si se emite un programa la gente se acercará a verlo. Pero claro, esa curiosidad que surge en el espectador no es más que el resultado de un ansia que muchas veces en público no nos atrevemos a manifestar pero que esta latente.

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  2. Estoy de acuerdo en lo que subrayas. Respecto al relato, mencionar que traté de hacer una injusticia a raíz de otras. No se trata de ponerte en un lado u otro. Empezaba a relatar las injusticias que ambos protagonistas han sufrido, en un marco injusto –dónde un programa se lucra a costa de la desesperación de dos personas-, acabando con otra injusticia mayor, la de obligar a elegir en un contexto de difícil resolución. Lo que dices, es otorgar juicio y muerte y ¿Quién está preparado para eso? ¿Acaso no es una injusticia tener que elegir? ¿acaso no lo es que la vida de dos personas dependan exclusivamente de la vara de medir de una persona?

    En cuanto a la oferta y demanda en la televisión, por un lado hay lo que la gente quiere ver. Por otro, lo que nos “obligan” a ver como si no hubiera otra alternativa. Hay mucha hipocresía en este sentido. Hay quienes critican los programas de corazón pero se los tragan enteros. ¿Cuánta gente dice no ver GH pero al día siguiente me comenta la gala? ¡Ah! Es que hicieron zaping... pues diría que se les olvidó cambiar de canal cuando llegaron a Tele5. Otros dicen que lo ven porque “no dan otra cosa”. Pues apaga la tele, ponte hacer otra cosa. A mí no me gusta DEC, Sálvame, ni el fútbol, y directamente no lo sintonizo. Si todos hiciéramos lo mismo, no lo tendríamos. ¿Qué paso con La Caja? Que todos llenos de curiosidad vimos las sesiones psicológicas y un mes después muchos dejaron de verlo, indignados por hacer del dolor un espectáculo. En España los realities no hacen uso de ciertos contenidos ¿Por qué? Porque no lo demandamos. Si los tres/cuatro millones que ven GH pidieran ver la cámara de la ducha, lo veríamos, como de hecho sucede en otros países. En Reino Unido hay una audiencia más morbosa (Yo diría macabra) y de ahí que muchos programas se hayan emitido, y casualmente siempre de la misma cadena. Aquí no me imagino un programa de un suicidio asistido... al menos de momento.

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  3. Mi opinión es que no todo vale en televisión. Si es cierto lo que dice Miguel de la "Ley de Say", que por supuesto desconozco y no pongo en duda, si no existe oferta no hay demanda... es decir, las "teles" ponen programas asquerosos para conseguir audiencia, pero si no los pusieran la gente vería otras cosas. No soy tan boba que crea que debamos los programas documetnales de la 2 que ni me interesan ni veo, pero están ahí porque alguien los ve y la gente los ve porque están ahí.
    No creo en el todo vale. Creo que hay programas que ayudan a que se pierda el valor de la propia persona, su intimidad, su autoestima... sencillamente porque le ponen precio en dinero. Y la gente llega un punto que por dinero, vende su alma.
    Defiendo en la variedad de programas, en la diversidad de contenidos, pero creo que se ha llegado a un punto triste y patético en algunos casos.
    Besos miles

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  4. Me gustaria dar mi opinion como participante de un reality en su primera edicion.
    No me extendere en el engaño que sufrimos en cuanto al tipo de concurso, el que se prometia "blanco" de tipo familiar, para construir una casa.
    Tambien recalcar, los abusivos contratos que te hacen firmar, donde estas legalmente sujeto.
    Con el tiempo te das cuenta que acabas de vender tu alma (afortunadamente nosotros eramos ya mayores y nos negamos a firmar el que nos obligaba a ir a programas de tv, y gracia a eso pudimos apartarnos de todo, y solo acudimos a las galas)
    Podriamos discutir tambien los motivos que llevan a una persona (en este caso pareja y padres de familia numerosa) a participar en un programa, en nuestro caso, economicas.
    Y aqui llega lo bueno.... a partir de ahi, ya no valemos nada, nos lo merecemos todo carecemos de derechos... somos lo peor de la sociedad y merecemos ser humillados en plaza publica.
    Nadie habla, de la produccion del programa, que utiliza todos los recursos en su mano: dejar a los concursantes sin comida, tabaco, enecerrados a veces horas sin poder ir al baño, visitas del psicologo, etc... todo esto para alterar el comportamiento de los concursantes, para crear mas conflictos y conseguir escenas mas jugosas para la audiencia.
    Tambien habria que hablar de los psicologos que participan en el ajo, de su codigo deontologico, aprovechando de sus conocimientos para "orientar" a los concursantes en momentos de maximo estres, o desequilibrio emocional, que provoca un encierro de estas caracteristicas, a sabiendas que crea secuelas psicologicos en todos los concursantes durante años... juegan con las personas algunas elegidas por ser "bord line" y manipularlas por un beneficio economico muy importante.
    Pero lo mas increible es que a todo el mundo le parece bien, que siempre las criticas son hacia los concursantes (pobre diablos) que no suponen mas que la pieza mas indefensa del puzzle, de grandes intereses economicas- Realmente se lo montan muy bien, ya que nos lo merecemos todo, somos lo peor!!!, incluso la justicia a la que hemos acudido ha reconocido que no tenemos ningun derecho, que todo lo que nos ocurre es mentira, que todo es un teatro...
    Ahora se va a permitir hacer lo mismo con niños... por favor!!! no debemos admitirlo, he tardado años en recuperarme psicologicamente, de la perdida de dignidad que supuso poner durante 17 dias mi vida en manos de gente sin escrupulos capaz de mentir, engañar y manipular solo por la audiencia, reciben alagos sobre la producccion, el formato, la audiencia y nosotros por supuesto somos lo peor!!!!!
    Por favor no permitamos que hagan eso con niños.

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