Mensajes navideños



Hoy voy a permitirme escribir un poco más de lo habitual para el blog. Lo hago consciente que la semana pasada estuve un poco menos, y posiblemente así estaré durante las próximas semanas, pues la Navidad es lo que tiene: más fiestas, más compromisos, más distracciones... Esto hace que tenga menos tiempo para dar a las teclas, tanto para blog como la última entrega de Épsilon, así que hoy escribo este mensaje "navideño" pidiendo excusas para los que entran a diario y solicitarles que no se marchen de estos lares. Cuándo retiremos las guirnaldas, volveremos a lo de siempre.
La verdad es que la Navidad es un tiempo fenomenal para lanzar mensajes, dónde la paz, el amor y la armonía parecen predominar por las calles. Un tiempo para estar con los tuyos, sentirlos más cerca que de costumbre y vivir con ellos lo que no podemos durante todo el año. A veces parece que esta época es la mejor, que debería durar todo el año, dónde todo el mundo es feliz y todo está decorado de alegres y vivos colores. No obstante, la Navidad es una época curiosa como tantas, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de una época de extremos.
Todo se magnifica durante las últimas semanas del año: la alegría es más alegre, la diversión es más divertida y la compañía resulta mucho más completa. Pero, al igual que sucede con los sentimientos positivos, también sucede con los negativos. Puedes estar solo durante todo el año, que si lo estás por Navidad, parece que lo estés más, la tristeza se vuelve más triste y las desgracias parecen más profundas. La Navidad se convierte así en un escenario de grises en contraste, entre los claros y los oscuros, dónde la felicidad de uno implica la desdicha de otro. El año pasado os hablé de un poeta norteamericano, Henry Van Dyke, que lo resumía así: "Puedes vivir la Navidad todos los días, pero no puedes vivirla solo."
Tal vez conscientes de esta situación, aprovechamos estas fechas para acercar posiciones y lanzar mensajes navideños que invitan al olvido hechos sucedidos en el pasado que nos resultaron dañinos. Cubrimos con un tupido velo la verdad de todo un año porque el mundo nos invita a la reflexión y al perdón, y lo hacemos en un claro sentimiento egoísta, para que no seamos nosotros a quienes nos toque vivir una Navidad en soledad. Pasadas las fechas, las guerras vuelven avivarse, el velo se cae y todo continúa como si no hubiera pasado nada. ¿Entonces? ¿Por qué fingir que no ha pasado nada? ¿Acaso entonces la disculpa de Navidad no ha sido en vano?
Hoy he recibido uno de esos mensajes, aunque lo cierto es que no sé qué decía. Lo deseché con sólo ver el remitente -La experiencia me ha enseñado a eliminar aquellos mensajes que sólo buscan herir o remover fantasmas de dudosa utilidad-. Y es que uno ya está cansado de perdones vacíos y disculpas vanas, acercamientos oportunos o discursos que sólo buscan intereses que al principio se muestran ocultos. Cómo también estoy harto que sólo se produzcan cuando alguna fecha señalada acosa el calendario, pasada la Navidad podré volver a caer en ese plano de inexistencia o absoluta indiferencia. Y es que, para mí, la Navidad no es sinónima para acercar posturas con aquellos de los que ya estoy lejos, sino de balance de todo lo que ha dado de sí el año para premiar a aquéllos que supieron entenderme cuando lo necesité, hacerme entrar en razón cuándo la perdí, levantarme cuándo me caí... en definitiva, familiares y amigos que supieron estar a mi lado durante todo el año, y no sólo durante la dos últimas semanas implorando un apego para sentirse menos solos y más completos.
Supongo que hay muchos argumentos para tirar por tierra esta postura. Podríamos apelar al perdón, a evitar el orgullo o el rencor, a los sentimientos que nos unieron antaño, sobre todo con esa coletilla de estos días: "¡Qué es Navidad!". Pero no se trata de eso. Siendo objetivo, los caminos ya están demasiado separados para recriminaciones o disculpas, pues yo ya no me paro a pensar en lo que podría haber sido y no fue, sino en lo que tengo y de verdad es.
Esto no sólo me pasa a mí, pues este tipo de fantasmas aparecidos son frecuentes para todo el mundo durante la Navidad (Y cómo te toque la lotería de mañana, más). Por eso, no caigáis en los chantajes emocionales de estas fechas y aprovechar para pasarlas con la gente que de verdad importa. A todos, ¡Felices fiestas!

4 comentarios:

  1. Vaya,

    Hay partes de tu post que casi h sido como un espejo para mí, y es que como diría la gran Mercede Milá, si en la casa (de gran hermano) todo se magnifica, en Navidad ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Tener que sentarte en una mesa a comer/cenar con una persona con la cual hace años que no te hablas, simplemente porque "son fechas para perdonar" es entrar de lleno en la hipocresía y en la amnesia temporal, y todvía intensifica más ese sentimiento de indignación. Lo trágico es cuando ese chantaje viene de parte de familia muy cercana, que te deja entre la espada y la pared, y donde la víctima pasa a ser verdugo porque decide no ceder a ese perdón forzado por las fiestas que estamos celebrando.

    Pero me gusta quedarme también con la parte positiva, y es que en estos días, y sobre todo si no trabajas en un centro comercial, se suele hacer más la vista gorda y perdonar pequeños detalles que en el día a día pueden hacerte fruncir el ceño más de una vez. Y aunque sólo sea de boca, hay un deseo hacia los demás de que pasen unos días agradables, algo que el resto del año sólo lo escuchas cuando se acercan las vacaciones (a veces ni en esas)

    Yo cada 31 de diciembre me tomo mi ratito, bien sea por la mañana, tarde o noche para hacer balance del año y sacar tanto lo positivo como lo negativo. Y es que aunque mi madre diga que el tiempo pasa volando, cuando recpitulas todo lo acontecido en 365 días hay que hacer un buen esfuerzo memorístico.

    Por cierto, y aunque no viene a colación, esta tarde me ha llegado uno de tus libros (soy incapaz de leer sobre un pdf, necesito tocar las hojas de un libro). Cuando lo haya leído ya te dejaré algún comentario.

    Felices fiestas

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  2. Bueno, Miguel, es lo que tiene la Navidad, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Yo no entiendo muchas cosas, como eso de tener que estar con todo el mundo. Vamos, no lo haces durante todo el año y tienes que hacerlo justo por Navidad. De hecho, hay gente que si no fuera por la Navidad, no se verían nunca. Ahora, lo que más me repatea son los fantasmas del pasado, que siempre emergen en las mismas fechas y muchas veces con dudosa intención. Pero bueno, la suerte mía es que no tengo que sentarme a comer con esos fantasmas, aunque a veces sí hay presión y chantaje emocional. Pasaremos las fechas como buenamente podamos.

    Respecto a lo del libro, espero que te guste y se ajuste a la lectura que leas. Sólo espero que no seas muy duro conmigo, ya que no soy profesional y tampoco hay posibles para pasarlos por correctores de estilo que valen una pasta. Uno trata de mejorar día a día (El blog nació como ejercicio de esa mejora). El último me consta que está mejor, con más recursos, menos erratas y tal, mientras los primeros estaban más limitados. Ahora, lo de leerlo en papel o el pdf, entiendo a qué haces referencia, pero personalmente me da igual cómo lo lea cada uno. No me llevo beneficio con ninguno de los dos formatos (Gestionar y pagar tasas para las ventas que pudiera hacer me parece un poco tonto porque no lo amortizaría) pero dejo la opción de pedirlo en papel porque es más cómodo de leer, aunque aquí, la única que gana es la imprenta. Ahora, antes de comprar, siempre os invito a leerlo en pdf, al menos un poco, para ver si la narrativa se ajusta a vuestros criterios, preferencias y nivel de calidad que os gusta. No obstante, muchas gracias por cogerlo… y qué disfrutes su lectura.

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  3. Ay, esto es lo peor de la Navidad. Yo ya tengo a mi madre con el reconcome para que me hable con aquellos que no quiero hablar. Es odioso… porque al final termino discutiendo con ella. Feliz Navidad? Quién dijo que era feliz? Bueno… haremos lo posible para que así sean… Al menos veo a mis niños contentos y con eso ya me vale. Tal vez el poco espiritu navideño que tengo es gracias a ellos, que son los que me invitan a tenerlo. Sino.. al diablo con el diablo.
    Y feliz Navidad a todos

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  4. Amigo Roberto,te deseo mucha felicidad. Igualmente deseo todo lo mejor para todos los que te quieren, te acompañan y te siguen. Un abrazo. Marsa

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