La historia del gordo


Continúo con mis entradas navideñas, dedicadas a los remiendos, los pastores y las virgencitas, para hacer un pequeño homenaje al gordo más famoso y querido por los niños. Probablemente estamos ante la única persona que nos agrada su gordura y una larga barba cana: papá Noel.
La historia de papá Noel es bastante antigua, aunque hoy en día prime la versión publicitaria. Su figura está inspirada en Nicolás de Bari, nacido en el año 280 después de Cristo, en Patara, una antigua ciudad de una provincia de Turquía. Este hombre, que vivió hace tanto tiempo y de familia acomodada, fue conocido por su capacidad altruista para los pobres, a quienes les colmó de regalos desde el momento en el que fallecieron sus padres por la peste, pues tras quedarse huérfano les entregó todo su patrimonio y después marchó con su tío para ordenarse sacerdote.
De él se cuentan muchas historias, siendo aquéllas que se relacionan con los niños las que cuentan con mayor apogeo. Según dice la leyenda, un asesino de la época intentó matar a un grupo de muchachos, a los que acuchilló dejándolos malheridos. Entonces, Bari los atendió, encomendándose a los santos y éstos sanaron a los niños (evidentemente, es una leyenda). No obstante, la fama de traerles regalos no vino por este suceso, sino por otro. Un día, Bari se encontró con un hombre que se lamentaba por no poder casar a sus tres hijas al no disponer de las exigencias que la sociedad imponía. Nicolás se compadeció de aquel señor y se dispuso a ayudarlo para que sus mozas fueran casaderas, y cuando éstas estuvieron en edad de contraer matrimonio, les hizo entrega de una bolsa llena de monedas de oro. La historia dice, además, que esto lo hizo en secreto, entrando por la ventana de la habitación en mitad de la noche, y dejando la bolsa dentro de los calcetines que dejaban colgados en la chimenea para que se secaran.
Pero, curiosamente, el mito de papá Noel no sólo radica en las historias que se contaban sobre Nicolás de Bari, sino que la mezcla de culturas hace que veamos síntomas de otra leyenda, la de Joulutarina, originaria del norte de Finlandia. Esta otra leyenda, que curiosamente comparte el nombre del protagonista, Nicolás, habla de un niño que pasó al cuidado del pueblo tras perder a su familia en el día de Navidad. El niño pasaba cada semana con una familia, a quienes les entregaba un juguete tallado por él mismo como muestra de su gratitud, y al hacerse mayor prosiguió con esta costumbre con los pueblos vecinos hasta que murió siendo muy mayor. Fue muy querido por todos, por esto, tras su muerte, los lugareños decidieron continuar con su trabajo.
Precisamente, de este último mito hemos heredado el nombre, pero si os preguntáis por qué la costumbre se forja alrededor de la fecha navideña, debo responder que se debe a las Saturnalias, dónde los paganos ya tenían la costumbre de hacer regalos a sus seres queridos, principalmente niños.
El mito de San Nicolás se fue haciendo fuerte en Europa, y en el 1624 saltó a Nueva Amsterdam (Actualmente, Nueva York) debido a los movimientos migratorios que provenían desde Holanda, importando así la festividad de Sinterklass, que originariamente afirmaba que San Nicolás viajaba de España a los Paises Bajos en un barco de vapor, pero esto se debía a errores que hoy localizamos en la historia. En aquel entonces, los holandeses asumieron que el obispo Nicolás era español por que sus restos descansaban en territorios antiguamente españoles, terrenos que fueron conquistados por Alfonso V de Aragón, y que más tarde fueron anexionados al Reino de España, con la unión con Castilla. Lo que no sabían era que, en el 1087, sus restos fueron trasladados desde Licia al Reino de Nápoles. Que los restos descansasen en estas tierras, por aquel entonces españolas, dio lugar a este error.
Pero volviendo a Nueva Amsterdam y la deformación que sufrió en el otro lado del charco. En 1809, Washington Irving satirizó la festividad de Sinterklass bajo el nombre de Santa Claus, y más tarde, en 1823, Clement Clarke Moore publicó un poema en homenaje al personaje de Irving (Aunque aquí, el Santa Claus era enano, delgado y regalaba juguetes en la víspera navideña a través de un trineo tirado por renos, Rudolph incluido). No fue hasta 1863 cuando dejó de ser enano y pasó a ser gordo, cuándo un dibujante alemán lo diseñó así, pero vestido con vestimentas propias de los obispos antiguos, de blanco y dorado. Ya por aquel entonces, el mito europeo exportado a América, había regresado a Europa modificado, cómo Santa Claus en Inglaterra, y cómo Bonhomme Noël en Francia (Que traducido al castellano, se va al famoso Papá Noel). Sin embargo, las deformaciones no se detuvieron ahí, sino que continuaron ahora debido a las campañas publicitarias.
La primera en versionarlo, a finales del siglo XIX, fue la compañía 'Lomen Company', que sería la responsable de que hoy creamos que vive en el Polo Norte y ganaría fuerza la idea de que viajaba a través de un trineo tirado por renos. Más tarde, a principios del siglo XX, el cuento 'La vida y aventuras de Santa Claus', le otorgó el título de Santo, además de la inmortalidad. Pero no fue hasta el 1931 cuándo el pintor Habdon Sundblom lo pintó para Coca-cola, dándonos la versión que hoy conocemos. Curiosamente, se afirma que el rojo de su atuendo no tenía nada que ver con los colores corporativos de esta empresa, emplazándonos a otras imágenes de San Nicolás que datan de fechas más antiguas dónde ya se le reflejaba así (Haciendo referencia al atuendo rojo y blanco), aunque desde 1800 a 1900 se le dibujase de verde en la mayoría de las ocasiones. No obstante, fuera como fuese, nadie duda que se impusiera la versión de su atuendo gracias a la coca-cola.
Aquí dejo este humilde recorrido de la deformación de unos mitos más famosos de la Navidad. No obstante, cabe recalcar que en los países de lengua hispana, y mayormente en España, los regalos no venían desde el Polo Norte, sino desde Oriente, y no los traía San Nicolás, sino los Reyes Magos... pero éstos provienen de otras leyendas.

2 comentarios:

  1. Rober, muy bueno el artículo. Haces una buena recopilación de datos que no sabía. Sinceramente creía que lo de papá noel había sido un invento yanki de competencia desleal, pero no sabía que datase, aunque de otro modo, historias sobre él tan antiguas.

    Muy curioso lo que dices de los holandeses, que para ellos papá noel viniera de España ajajaj. Aquí cada uno se monta la pelicula como quiere. Ahora espero que hagas lo propio con los reyes magos, que al final son los nuestros y los que tenemos que defender… Que papa noel llegará antes, pero él no tiene figura en el belén (Que se chinche)

    Besitos

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  2. Menuda historia has recopilado. Sabía lo de Finlandia y lo de Nicolás de Bari, pero el resto lo desconocía. Felicidades por la entrada y como bien dice Sarita, ahora nos dejas con las ganas de saber más sobre los orígenes de los nuestros, de los Reyes Magos, con sus camellos, oro, mirra e incienso.....

    Saludos,

    Miguel

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