Navidades… o Saturnales

Se acerca la Navidad, como cada año, y todos ya volvemos a adornar nuestras casas con árboles llenos de luces, misterios, nacimientos extra largos, terrazas iluminadas con formas, etc… Celebramos el nacimiento de Cristo, algo que así, a bote pronto, parece lo máximo que la humanidad occidental puede hacer. Un evento tan sumamente importante que ¿Por qué no lo vamos a celebrar? Es una fiesta ya bastante antigua y asentada en nuestra sociedad, pero que pocos se detienen a pensar de dónde proviene, y si su instauración tiene raíces tan divinas e importantes como nos intentan hacer creer.
Las bases de esta festividad están, como casi todo en occidente, en el famoso Imperio Romano y su necesidad de tapar otro evento de igual, o entonces, más importancia: las saturnales. Las saturnarles eran las festividades que se festejaban haciendo coincidir con el solsticio de invierno y con el fin de la época de trabajar los campos, concretamente el día 19 de diciembre aunque la celebración se extendía hasta el día 25, y que rendía culto al dios Saturno. Se hicieron famosas bajo el nombre de la festividad de los esclavos, ya que durante esas fechas, éstos recibían más comida de la habitual y les daban más tiempo libre, vamos, que les llegaba una paga extra y se ponían a comer hasta el culo (las raíces de la fiesta, veo que no las hemos perdido). Se reunían en el templo, hacían sacrificios a Saturno y después había un banquete público para acabar dando regalos a los amigos y familiares.

Esta fiesta posiblemente fue una de las más importantes, sobre todo para las personas del escalafón más bajo de la sociedad, ya que las saturnales eran sus fiestas. No obstante, el declive al culto a los antiguos dioses y la instauración de la cristiana cómo la religión oficial, hizo que Roma intentara evitar que la gente siguiera celebrando algo que ya era considerado cómo pagano.

No lo consiguieron. Los esclavos eran tantos, y esperaban con tantas ansias su celebración, que incluso con la prohibición de celebrarlo, lo siguieron haciendo, algo que ni el emperador, ni mucho menos los primeros Papas, estuvieron dispuestos a aceptar. Así pues, en vista que no podían radicarla, optaron por hacer coincidir una fiesta totalmente nueva e inventada en los mismos días que las saturnales, sólo para justificar qué lo que se celebraba era una festividad cristiana y no pagana, y la excusa fue el nacimiento de Jesús.

No hace falta que diga la tontería tan soberana que dijeron al afirmar que Jesús nació a finales de diciembre, más cuando la propia Biblia afirma que cuando nació en el pesebre, los pastores que se encontraban pastando por la noche con sus rebaños, se acercaron a verlo... y a finales de diciembre, los pastores no pasan la noche al intemperie, sino que lo hacen a partir de primavera. Pero había que ocultar la fiesta pagana como fuera y esto fue lo que se les ocurrió.

Aun así, los esclavos siguieron festejando en honor a Saturno, aunque para el resto de Roma se celebrase el nacimiento de Cristo. Pero con el transcurso del tiempo, la Iglesia logró su cometido. Hizo suya la época de las saturnales y borró la celebración romana hasta tal punto que hoy, esta realidad se cuenta de manera anecdótica. Para todos, la Navidad es propiedad de los cristianos sin que nos preocupe mucho la procedencia real de las mágicas fechas que estamos a punto de volver a vivir.

No obstante, me aventuraría a decir que hoy en día pasa algo similar a ese momento en el que la Iglesia celebraba la Navidad mientras los esclavos vivían sus tradicionales saturnales. Hoy todos vivimos esta época con ilusión y apego, creyentes y no creyentes, ahora con un aliciente comercial impuesto por la televisión, los anuncios y la era consumista… Puede que ya nosotros no lo veamos, pero quien sabe si dentro de tres siglos, la Navidad se convierta en algo anecdótico y la gente compre, gaste y consuma por puro impulso, justificándolo con una nueva e hipotética festividad del Santo Centro Comercial… al fin y al cabo, hoy todos celebramos esta fiesta, creamos o no en Dios o en las pamplinas de la Iglesia… ¿Quién no nos dice que con el paso del tiempo, la saturnales, ahora convertidas en navidades, se vuelvan adaptar para seguir siendo una fiesta de y para todos? Al fin y al cabo, la vida se abre camino, que dirían en Parque Jurásico, ¿Verdad?

3 comentarios:

  1. Hola, muy bueno el post.

    No tenía idea del concepto de las saturnales. La verdad es que hechos como éste que narras, y después de haber visto recientemente la película Ágora, dejan un cierto recelo hacía la religión católica.

    Desde luego lo que hicieron fue aplicar la máxima de si no puedes con el enemigo (acabar con aquella festividad pagana) únete a él (hazla tuya).

    Lo de Santo Centro Comercial creo que ya no es ni siquiera hipotética, ya que pasamos más tiempo en estos lugares de ocio comprando regalos y elementos de decoración que cenando o comiendo junto a nuestros familiares y amigos.

    Desde el momento en el cual exigimos que nuestras calles estén decoradas con luces navideñas, y nos quejamos enérgicamente porque parece que la iluminación ha empeorado de un año a otro, entonces el espíritu navideño ha desaparecido de nuestros sentimientos. Sin hablar de que en numerosas ocasiones nos preocupamos más en saber si habrá puente o si los días de fiesta nos coincidirá con buen tiempo para hacer una escapadita.

    Mis padres son ambos de pueblos pequeños donde la expresión de estos días de Navidad que se acercan, se centra en los árboles y luces que cada uno coloca en su casa y en los buenos deseos que transmite a los demás. Pero sobre todo, en la ilusión que se recoge en la cara de los pocos lugareños que quedan al pensar que en breve, aunque sea por un reducido espacio de tiempo, volverán ver juntos varias generaciones de una familia.

    Una prueba del dominio comercial es simplemente Santa Claus, porque ese rojo tan característico que luce se comenta que es resultado de una fuerte campaña de Coca-Cola a partir de 1930. Y no son pocos los niños que lo veneran porque trae los regalos antes que los Reyes Magos. Antes se amenazaba, o por lo menos yo me acuerdo de ello, con que si no te portaba bien durante las fiestas te traerían carbón. Ahora el premio se da al principio.

    En fin, Feliz Navidad a todos.

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  2. Y ya vuelve Rober con su campaña anti-navidad Jajaja. Me ha gustao mucho este post. Seguramente casi todas las fiestas vengan de otras y así sucedivamente. Quien no nos dice que las saturnalias nacieron para tapar otra fiesta y así hasta los orígenes. Lo que no nos cabe duda, es que estas fechas siempre han sido de jolgorio y diversión, comidas, regalos… Así que, vamos todos a celebrar otro año lo que sea, aunque sea ese Santo centro comercial, el más beneficiado e interesado en que se celebre la navidad. Pasarlo bien y aportase mal

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  3. Miguel, te me adelantas en un próximo post que iba hacer de Papá Noel y el éxito publicitario de Coca-cola jejeje. Y comparto contigo la impresión de que, quiénes de verdad viven la Navidad son los vecinos de los pueblos pequeños que esperan estas fechas para poder reunir a toda la familia. En las grandes ciudades ese sentimiento queda relegado a golpe de escaparate e impulsos consumistas.

    Sarita, no es campaña antinavideña, sino una entrada que trata de dar un poco de luz a esta festividad. Yo no creo en Dios, ya lo sabes, y son muchos quienes me dicen que entonces porqué celebro la Navidad y a ver, la celebro porque es una excusa perfecta para juntarse con la familia (Aunque muchas veces no nos apetece nada y sólo de pensarlo nos da hasta pereza), pero por otro lado, con esta entrada, quería hacer ver que ya antes de la Navidad había un precedente, una fiesta casi idéntica… podemos decir que estas fechas, para occidente, son sinónimos de fiestas y tal vez éstas se adapten a los tiempos para que puedan seguir siendo de todos. De todos modos, hoy en día los primeros y máximos beneficiados de estas fechas son los centros comerciales, y ellos lucharán para que la Navidad perdure para siempre

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