El valor de las cosas


El otro día estuve hablando con mi hermana mayor sobre la diferencia que hay entre vender una cosa a un precio, y de un modo, a hacerlo de otro. Me decía que no podía imaginarme lo que cambia una buena exposición, en su sitio preferente y colocado, a tenerlo en el suelo sobre una manta. Es más, afirmaba que incluso poner un precio u otro, varía de un modo que muchos no nos imaginamos, pues por su experiencia me dijo que hay quien prefiere comprar a un precio más elevado, y lo expresaba de este modo "Al ponerlo barato, deprecias el producto y la gente no lo valora".

Para poder comprobarlo yo mismo, me invitaba a comprar un artículo barato, de éstos que compramos a un vendedor ambulante, lo pusiera en un escaparate, bien colocado, y le subiera el precio sustancialmente. Si me había costado cinco euros, que lo subiera treinta, y me garantizaba que aun así se vendería, aunque fuese exactamente el mismo artículo que se vende a varios metros tirado sobre el suelo. Mi hermana me garantizaba que una buena presentación e incluso un precio se convertía en garantías de la calidad del producto, haciendo que la gente valorase lo que se llevaba.

Ahora, esta conversación que mantuve con ella, después en mis ratos de reflexión, empecé a trasladarla a otros campos, los que a mí me tocan de cerca. Todos los que escribimos, ya sea un blog, poesía, relatos o novelas, mayoritariamente optamos por la opción de regalar nuestro tiempo al visitante anónimo que se descarga nuestros textos. En Bubok, por ejemplo, somos muchos los que dejamos que nuestras novelas o poemarios se descarguen a coste cero, sólo porque damos preferencia al hecho de ser leídos antes que al beneficio económico que se pudiera derivar de las ventas de nuestros trabajos. Para muchos, fijar un coste sólo provoca una barrera con el lector, o mejor dicho, con el consumidor final. Pero ¿Acaso regalando nuestras obras no estamos depreciando nuestro trabajo? ¿Por el mero hecho de ser gratis, la gente lo ve como algo de segunda o tercera, o asume que se trata de la simple fantasía de un friky?

La experiencia en mi campo, y la observación en otros, me ha llevado a una conclusión. Sin ánimo de dármelas de algo que no soy, si que es cierto que existe una tendencia a no valorar lo que se da gratis. Mucha gente prefiere, por ejemplo, leer novelas o escuchar música de gente que vende su producto, asumiendo que, por el mero hecho de tener un precio, se trata de algo serio. Y no digo que no lo sea, pero también puede existir seriedad en algo que, voluntariamente, se da gratis.

No sé, lo mismo mi hermana tiene razón y regalar, en realidad, lo único que hace es depreciar el trabajo que tanto tiempo nos ha ocupado, porque si el mundo sólo valora lo que tiene precio...

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