De Crónicas a El Duque

Dos novelas LGBT muy diferentes

En el 2005 vio a la luz la historia de Fernando y Juan. No era la primera vez que escribía, pero sí la primera vez que compartía con la gente lo que había emergido de mi mente. Una historia de temática LGBT, pero no solo para lectores gays, sino una novela abierta a todo tipo de público en la que se invitaba a realizar una reflexión sobre qué significaba ser homosexual para uno y para los que te rodeaban.

Han pasado ya diez años desde entonces. He escrito otras novelas, de temáticas muy diferentes a esa primera. Libros de aventuras, como el Manuscrito; de fantasía como las dos fábulas de Novorsa, una trilogía de ficción como Épsilon; y hasta me atreví con una distopía como fue Los tiempos enfermos.  Sin embargo, si una novela ha tenido lectores constantes, comentarios y una gran aceptación, ésa sigue siendo Crónicas del amor oscuro. 

Siempre he pensado que un escritor debe escribir lo que le dé la gana. Sobre todo en casos de los autores desconocidos o independientes (Que suena como más importante), por lo que me he mostrado reacio a plegarme sobre algo que parecía casi un imperativo por parte de todo el mundo: tenía que volver a escribir una novela de temática LGBT.

En 2005 apareció Crónicas del Amor Oscuro.
Debo reconocer que al principio me creaba cierto prejuicio este tipo de literatura. Muchos libros que he hojeado sobre historias homosexuales terminan convertidos en una especie de novelas eróticas, en la que se reúnen los ingredientes más básicos para crear una atmósfera casi más propia del género X, con chaperos, orgías, cuartos oscuros... Como prueba tenemos las portadas de este tipo de literatura, en las que hombres semidesnudos tan solo buscan captar la atención del lector a base de calentarlo. Por eso nació Crónicas, de esa necesidad de dar al mundo una historia distinta, diferente, entre dos hombres que comprenden que se aman. Había que mostrar otra cara más "amable", si se me permite el término, que enseñara otras maneras de vivir la homosexualidad alejada de los tópicos. No nos engañemos. Hay muchas historias así (Brockeback Montain, por ejemplo, y su autora no es homosexual), pero si buscas libros de temática gay, verás de todo, pero lo que más abunda son libros con hombres con pose erótica.

Tenía que deshacerme de mi prejuicio y si ya en su momento fui capaz de dar al mundo Crónicas del amor oscuro, que huía precisamente de ese pensamiento ¿Acaso no iba a poder repetirlo? Tan solo necesitaba encontrar la historia que reuniera dos ingredientes: lo que yo quería escribir y lo que la gente me estaba pidiendo leer. Y así se formó "El Duque de Tres Montañas".

No era la primera opción. Según estaba terminando de escribir "El conflicto de Terrea" con mi hermana, en mi mente se fueron encajando las piezas de una historia distinta, actual, muy del estilo de Crónicas: dos hombres, dos maneras de entender el mundo y la forma de encontrar el punto de encuentro entre ambas posturas. Iba a ser una novela urbana, del siglo XXI, reflexiva, y mucho más parecida a Crónicas sin llegar a ser nunca una continuación de la historia de Juan y Fernando… y estoy seguro que terminará viendo la luz. No obstante, mientras intentaba dibujar a los personajes, pasó algo. En menos de una tarde, mi cabeza comenzó a trabajar de un modo vertiginoso y aparecieron personajes nuevos, motivaciones diferentes, conflictos… Mi mente huía del siglo XXI y viajaba al pasado, se ponía en la piel de las personas que tuvieron que vivir su sexualidad en la clandestinidad, el auténtico amor oscuro en su máxima expresión, donde ser descubiertos implicaba acabar muerto (Aunque bueno, no hay que olvidar que en algunos países siguen condenando a muerte a los homosexuales como si siguieran en el siglo XVII).

Así reuní los dos ingredientes necesarios para la siguiente novela. De repente me apetecía mucho escribir sobre don Tristán, y a la vez estaba haciendo una nueva historia, de corte LGBT, que iba a reunir los elementos necesarios y que considero que más me estaban demandando: una historia entre dos hombres en medio de un mundo que no los acepta.

La historia la he escrito en muy poco tiempo si lo comparo con otras novelas. En apenas tres meses ya tenía listo el principal borrador, con su principio y su final y casi cuatrocientas páginas en las que narro la historia de don Tristán, un duque taciturno envuelto en las intrigas de la corte. Tenía la historia tan clara que todas las tardes me ponía enfrente del ordenador y durante horas fui dándole forma.

No quería hacer un clon de Crónicas del amor oscuro. Si iba a escribir una nueva novela homosexual, ésta debía presentar diferencias claras. Y así ha sido. No solo en la época en la que se desarrolla la acción, donde poco tiene que ver el mundo del 2005 con el de 1615, sino con sus personajes y sus motivaciones. Además, el Duque tiene un toque de aventura que no tenía Crónicas.

En 2015, llega El Duque de Tres Montañas.
En esta ocasión hay un protagonista claro: don Tristán, quien da a su vez nombre a la novela. Don Tristán tiene muy poco que ver con Juan o con Fernando. Tristán es oscuro, es ruin, es mezquino… Es un hombre vil y odioso que no duda en abusar de su poder, amargado por su pasado y pesimista ante su futuro. Sin embargo, he creado un viaje a través de este villano para darle la posibilidad de redimirse y convertirse en héroe gracias a la irrupción de Gabriel. Si lo hace o no será algo que el propio lector deberá descubrir a través de sus páginas.

En un principio el tono del libro sigue la estela de Crónicas, aunque esta vez he renunciado a la primera persona y la he escrito en tercera, variando el punto de vista del narrador en función de los diferentes personajes. No es un libro sexual, aunque hay varios encuentros, y esta vez me he atrevido a ir un poco más allá y describirlos. En Crónicas apenas profundicé en ellos, convencido de que no era del interés del lector lo que pasaba en la alcoba de los protagonistas. Pero después de diez años escribiendo y describiendo las situaciones sexuales entre otros personajes ¿Por qué no iba a ser igual con Tristán? No hacerlo podría hasta ser tachado de discriminación. Así pues, esta vez sí hay cierto contenido sexual. Está por ver si pasa mi propia censura en los borradores sucesivos y suavizo la parte más fuerte… aunque ya advierto que pensaba que tal vez eliminaría algunos de los momentos íntimos, pero en el segundo borrador terminé incrementándolos. 

Aun así no es un libro sexual, ni erótico, y mucho menos pornográfico. Los momentos de cama son los que la historia reclamaba, y las descripciones son las justas para que el lector comprenda en qué parte de la implicación sentimental están los personajes, explayándome más en los momentos en los que los sentimientos son más fuertes, y pasando más de largo cuando el sexo es simplemente eso. 

Insisto: el libro no es sexual. Es una historia que narra la dificultad de ser gay en esa época, lo difícil que es confiar, abrirse a otros… y tener que lidiar con problemas de la corte, las conspiraciones por el poder, los matrimonios concertados, la diferencia de clases entre nobles o plebeyos… y sobre todo la Inquisición. Quien me conoce sabe que no soy religioso. Todo lo contrario. Siento bastante rechazo por todo lo que representa la Iglesia, pero siendo consecuente con la época en la que estaba, no me quedó más remedio que crear personajes con un profundo sentimiento religioso (unos más que otros), provocando así la mayor reflexión del libro, y la mayor amenaza.

Se nota la influencia de todos estos años y el tipo de literatura que he estado escribiendo. El Duque de Tres Montañas se podría dividir en dos grandes pilares. Una primera con los dos personajes principales viviendo su conflicto interior, donde se enfatiza en los momentos más íntimos de la relación, y una segunda parte donde el conflicto salpica al mundo y la acción coge las riendas de la historia como en un libro de aventuras, donde que los que personajes sean homosexuales es algo circunstancial que hace que la historia avance hasta su desenlace.

Es un libro de temática gay, pero no está pensando para que solo sea leído por personas homosexuales. Está abierto a todo tipo de público… Y de ahí que tuviera tantos problemas a la hora de pensar en la portada. Al final es ésta que os muestro en esta entrada, con alguna posible variación que pudiera haber de última hora. Sigo rechazando los cuerpos semidesnudos y del erotismo masculino, porque no representaría la esencia de esta historia, y propongo una portada ligera, sin sobrecargarla de elementos. El título en dorado, en representación de la nobleza del protagonista y una espada ligera como elemento que representa el conflicto, la fiereza, pero a la vez la elegancia… Todo sobre un fondo rojo sobre negro, representando la oscuridad frente la pasión o la sangre. 

Ojalá la historia guste tanto como Crónicas del Amor Oscuro y la lea tanta gente como aquella novela del 2005. Esta vez voy a ir un paso más allá con respecto a su distribución. Puede que sea un error y al final provoque el efecto contrario, pero lo voy a intentar… A diferencia de todas las novelas que he escrito, esta vez intentaré ser más ambicioso. 

Fueron muchos los que me dijeron que les hubiera gustado poder encontrar Crónicas del Amor Oscuro en una librería, en papel. El mercado literario está fatal, las editoriales apenas arriesgan y la mayoría de las ocasiones solo ofrecen algún tipo de co-edición donde el autor debe pagar los costes de impresión. Yo ya he dicho muchas veces que por mi situación económica no puedo asumir este tipo de propuestas, pero esta vez haré algo parecido a un Crowdfunding de esos que se están poniendo tan de moda, pero sin llegar a serlo.

El Duque de Tres Montañas llegará a Bubok como todas mis novelas, pero será la primera vez que cobre una cantidad simbólica por descargarse el libro o comprar el formato físico a través de la impresión bajo demanda. Todo lo que se recaude irá destinado a una tirada a través de la editorial que me proponga este tipo de co-ediciones. 1 euro, el precio de un café… Ahora, si llega a las librerías, dependerá también de vosotros.  Solo no puedo hacerlo.

Si tiene aceptación, no solo podré invertir lo recaudado en Bubok (miraré también en Amazon) en una edición clásica, sino que seguramente será un incentivo más para seguir escribiendo sobre este tipo de temática que he tenido aparcada durante tanto tiempo. No valoro una segunda parte de Crónicas del Amor Oscuro, como muchos me habéis pedido. La historia de Juan y Fernando acabó y cualquier continuación, posiblemente sería emponzoñar la imagen que quedó sobre ellos. Pero hay un montón de historias que pueden ser narradas desde diferentes prismas.

Ahora, lo importante es que es el turno del Duque. Ahora le toca a él, junto con Gabriel, repetir la hazaña que ya hicieran Juan y Fernando: más de 11.000 descargas en Bubok, 7.000 en Free-ebook y 80 clasificaciones positivas. Puede que no sea mucho comparado con otros libros, pero entre todas mis novelas, Crónicas sigue siendo el más destacado con bastante diferencia.

Confió que El Duque de Tres Montañas vea a la luz durante este verano. Ahora estoy haciendo nuevas correcciones, y después me faltarían las pruebas de maquetación, la gestión de registro y obtención de ISBN, y una vez terminado, lo publicaré.

Este libro está dedicado a todos vosotros, a los que leísteis Crónicas del Amor Oscuro, los que me escribisteis por privado, los que comentasteis en público, los que lo aplaudisteis, lo recomendasteis, los que hicisteis de él uno de vuestros libros favoritos… En definitiva, los que hacéis que hoy siga escribiendo.  Os espero a todos en esta nueva aventura.

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