Roles y situaciones

Continuando con estas entradas en vísperas del inicio de la vida en directo, hoy quiero hacer mención de algo tan elemental como puede ser los roles o las diferentes personalidades de esas personas que están llamadas a entrar en la casa de Guadalix. Seguramente los nombres de la nueva generación aún no estén escritos. Supongo que a escasas semanas de su comienzo, el número de integrantes de preseleccionados oscilará entre 100 y 50, o a lo mejor ya estará cerca de 25. Lo que no me cabe ni la menor duda es que, entre todos los seleccionados ya habrá nuevas personalidades pero muy parecidas a las que ya hemos visto en estos diez años.
No hay que olvidar que por la casa de Gran hermano ya han pasado ciento sesenta y seis concursantes (no es que los haya contado uno a uno. Me fío del dato de dio el programa cuando hizo el reencuentro), y ya dentro de ese amplio número hemos podido ver similitudes palpables aunque con diferente fortuna dentro de este juego. Hemos visto a chicas aniñadas, infantiles, con un toque de inocencia… pero sólo Nuria consiguió ganar. También hemos visto correr a una larga lista de estrategas, que contaban las nominaciones con garbanzos o lentejas para dar sus puntos por algo más que simple afinidad, pero sólo se premió a Pepe (y dos veces). Buenrollistas los hemos visto a patadas, empezando por el primer ganador y continuando por una larga lista de segundos finalistas, también hemos visto a enamoradizos, a impulsivos, a ordinarios, a chiflados… Por tanto ¿Qué veremos este año?
Sinceramente no creo que veamos algo realmente novedoso con respecto a la personalidad de los participantes y su rol dentro del programa. No lo veremos este año cómo tampoco lo hemos visto en los anteriores. En realidad son los mimos ingredientes, pero dispuestos en diferente orden y en mayor o menor cantidad, provocando en nosotros –los espectadores- una reacción distinta. De ahí que siempre mantenga aquello de: “Lo que gustó un año, puede no gustar al siguiente”.
Probablemente conozcamos a una nueva Indhira, a una chica suicida que apenas sabe jugar a esto, a quién las cosas le saldrán cómo le vienen, impulsiva y pasional, pero es muy posible que no consiga el favor que sí tuvo la malagueña el año pasado. Veremos a nuevos estrategas, ya siempre penalizados desde GH7 al tacharlos de imitadores. Tendremos a una nueva Tatiana, Almudena o una nueva Bea, de las que gritan, insultan y faltan el respeto, y quién sabe si este año logra lo que no consiguió el resto. Veremos a un nuevo personaje histriónico, rocambolesco, a unos cuantos divertidos y, por supuesto, a los malos malísimos.
Todo esto ya lo hemos visto con anterioridad, pero ahí está la gracia o tal vez la magia de Gran hermano. Aliñar los mismos ingredientes y hacer que parezcan diferentes, que estamos probando algo realmente nuevo. ¿El secreto? Saber crear nudos, y últimamente han demostrado que saben llevarlos hasta el final para evitar que la atención y el interés decaiga. Nudos, que dicho sea de paso, los crean los propios participantes y los estiran hasta dónde ellos mismo quieren.
Lo cierto es que el mayor secreto de cualquier concursante que aspire a ganar o permanecer el mayor tiempo posible está ahí, en saber crear nudos y saber vender situaciones a los espectadores. El mayor problema que se encontrarán los de GH12 es que tras once ediciones es muy difícil encontrar un hueco, aunque no imposible. Ante todo deben evitar las comparaciones con antiguos concursantes, evitar realizar estrategias similares a las ya vista y sobre todo no colocarse bajo las largas sombras de aquéllos concursantes que ya hemos idealizado. Aún recuerdo la gala en la que expulsaron a Hans. Hubo un momento de la entrevista en la que Mercedes le espetó preguntándole si se creía Pepe. Ya nadie puede permitirse el lujo de enseñar abiertamente una estrategia, la comparación llegará de inmediato. Lo mismo pasará si entra una chica repitiendo sin cesar la palabra “Coño” ¿Cuánto tardaremos en decir que quiere llamar la atención como Tatiana? Y a lo mejor la chica ya utilizaba la palabra mucho antes de que la Roqueta de Mar la aprendiera, pero en la audiencia no se percibirá eso.
Sea como fuere, para bien o para mal, la vida en directo está cada vez más cerca y todos los valientes que se atrevan a entrar estarán destinados a vivir bajo el incesante ojo y la destructiva crítica. En realidad da igual cómo sean, pues la percepción de la audiencia será la que prevalezca en su trayecto dentro de la casa. Serán como fichas de ajedrez que iremos moviendo, sólo que ellos no sabrán qué pieza de este juego representan.


1 comentario:

  1. Muy buen análisis Roberto,

    yo también creo que todos los roles están cogidos o utilizados, y es que si le preguntas a alguien que te digan alguna característica de los concursantes de GH, nadie te dirá 166. A grandes rasgos, tienes ocho o diez calificativos. Sin embargo, son todos los posibles matices y la proximidad en el tiempo con anteriores ediciones las que marcan el éxito/afinidad con el público.

    Una Indira 2 ahora no tendría cabida pero sí un chico feo al cual la guapa no le da "bola", aunque de esas historias ya hemos vistos años atrás. O en lugar de una madre estilo Flanders, como era Mamen, un padre de familia muy protector que a todos los vea como niños. O un acento, o un sobrepeso, o un tic, o cualquier cosa que haga que digamos: "me recuerda a..." pero no: "es como...".

    Yo sólo pido que no metan a parejas con colador, gente que a priori se ve a leguas que fornicará con otros. Un poquito más de naturalidad.

    Saludos

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