Los renglones torcidos de la ley



Estos días hemos visto cómo los informativos han sido acaparados por noticias ridículas de leyes absurdas, sin sentido, algunas contradictorias y otras simplemente de idiotas. Una evidencia más de lo simple que puede ser el ser humano en muchas ocasiones, una evidencia más sobre lo estúpido del político y cómo nos dejamos manipular.
Hemos empezado con unas declaraciones de Felipe González proponiendo la legalización de las drogas. Algo curioso en un país dónde la tasa de alcoholemia en sangre máxima para conducir está en el 0,3, dónde uno no puede comprar alcohol a partir de las 10 de la noche, en un país dónde quieren -pero no lo hacen- prohibir fumar en cualquier lugar público. Al final va ser verdad que cuando Dios cierra una puerta abre una ventana, pues en plena tendencia prohibitiva del tabaco, empezamos a dejar fumar porros. Bueno, porros, coca, éxtasis… con tal de acabar con el narcotráfico, hacemos lo que sea, aunque tengamos que acabar con la sociedad
Los narcotraficantes son vendedores de delitos. Da igual que regules su actividad, ellos seguirán delinquiendo. Si no es con una cosa será con otra. A menos que nuestro expresidente proponga legalizar todo. Así no habría delitos… ¿verdad? ¿Qué mas da si luego nos matamos los unos a los otros? Y yo que pensaba que somos seres sociales precisamente para buscar el cobijo y la protección del colectivo, renunciando a ciertas libertades en dicho beneficio. Tal vez si sus pretensiones se cumplen cambiemos el término de drogería y en lugar de ir a por suavizante y lejía, acudamos a nuevos centros para poder colocarnos.
Seguimos con esta tanda de leyes y propuesta absurdas con, ni más ni menos, Cataluña. Para mí seres superiores en el mismo momento que aprobaron una ley para proteger al toro y que no lo maten en una plaza bajo el bullicio alborotador de una masa enloquecida. Parecía que tenían una sensibilidad superior al resto de los españoles e incluso por un instante llegué a decir que ojalá hubiera sido catalán, pues para mí era un orgullo lo que habían hecho. Pues bien, a comerme todas y cada una de esas palabras, pues las mismas personas que prohibieron las corridas de toros han aprobado una nueva ley para proteger otras costumbres de tortura al toro. Pero ¿Qué nos pasa con este animal? ¿Qué daño ha hecho a los españoles para este ensañamiento en todos los sentidos? Y lo más importante, si no les importa una mierda el sufrimiento animal ¿Por qué toros no y correbows sí? ¿Acaso no se trata de la misma idea?
Ya pueden decir misa, al final los políticos catalanes han puesto en evidencia sus verdaderas pretensiones, aquéllas que yo negué que hubiera, al menos para los antitaurinos (Ya sean catalanes, madrileños o de donde sean). En realidad sólo quería marcar aún más la distancia con España, dejar bien claro que ni se sienten españoles, y que tan siquiera somos bienvenidos en sus tierras. Lamentable, lamentable y muy triste. Así que sólo puedo desear a los toros que sean sometidos a la tortura tengan buen tino y maten a unos cuantos en cada fiesta. A ver si con una buena mortalidad se les quita las ganas de hacer el gilipollas.
Por último, nueva noticia absurda, ésta del otro lado del charco. Los Estados Unidos de América, el país de la libertad y de las oportunidades, ha rechazado quitar la ley que prohíbe a los homosexuales formar parte del ejército. Una promesa electoral de Obama que no llega a buen puerto y que pone en evidencia la mentalidad retrograda de los Yankees. De nada le sirvió a Lady Gaga ir a unos premios acompañada de cuatro militares expulsados por su orientación sexual, ni el mitin que dio para pedir a los indecisos en la votación que se inclinaran por el sentido común. Y es que, cualquier circunstancia de la vida privada de las personas, es eso: PRI-VA-DA. Por lo que no tiene sentido que las acciones públicas se vean alteradas por asuntos que forman parte de la intimidad de cada uno. Nada tiene que ver con quién se acuesta cada uno a la hora de desempeñar una labor.
Triste, triste y triste… evidencias de que cada vez estamos más idos de la olla.

2 comentarios:

  1. Con respecto a lo de las drogas, la cuestión tiene un trasfondo muy complejo que exige más análisis, porque al igual que la prostitución, son dos actividades que mueven mucho dinero y por qué no decirlo empleo. Yo creo que las palabras de Felipe González iban en la dirección de regularizar un consumo, controlar sus efectos y reducir la clandestinidad y mafias que van asociadas. ¿Qué ocurre? que entonces una actividad delictiva pasaría a ser legal, pero ¿acaso los gobiernos no permiten y se lucran ya con el consumo de otras drogas como el propio tabaco? Desde luego que esta controversia da para unas cuantas entradas de blog.

    Y con respecto a la política del Don't Ask, Don't Tell, pues poco más queda para añadir a lo que has dicho. Mucho Obama, mucho progresismo, mucho criticar a los países árabes por su intolerancia, pero a veces deberíamos mirarnos a nuestro propio ombligo y aprender que se predica con el ejemplo.

    Saludos

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  2. Tienes toda la razón Roberto. Me gustaría añadir una ley más que muestra el calado de los políticos: la Ley que les permite a ellos recibir una pensión vitalicia, en su prestación más elevada, con tan solo 7 años de servir en el parlamento. Son muy ladinos. A nosotros se nos exige y se no exigira 35 años de trabajo para poder calcular el tramo de lo que recibiremos -si lo recibimos- y ellos con 6-7 años reciben el máximo. Con una legislatura, el estado (o sea, todos nosotros) les paga la SS hasta que se jubilen y lo pueden hacer con 55 años tan pichis y sin preocuparse de más... más un seguro sanitario... que también pagan las arcas del estado, esas arcas que los currantes llenamos con nuestros impuestos.
    A nosotros nos amenazan que será ya a los 67 años cuando nos tengamos que jubilar... y ellos no se modifican lo suyo. Sí, sin duda las leyes y los legisladores buscan objetivos muy interesados.
    Besos miles

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