Cuándo afloran las dudas

¿Hago que despierte por enésima vez o le dejo durmiendo para siempre?

No es ningún secreto para las personas que caen por aquí que el menda es un acérrimo tanto a los juegos como a la saga Final Fantasy. Tampoco es algo nuevo para mis más allegados cuando digo que uno de los mejores juegos que he conocido, al cual jugué durante largos años, es la undécima entrega, aquélla tan criticada por abandonar la modalidad de J-RPG habitual para convertirse en un MMORPG (Del inglés Massively multiplayer online role-playing game) e incluso e invitado a todas aquellas personas que sé que pueden encontrar en dicho título algo de su gusto para que lo prueben.
Ya ha pasado mucho tiempo desde su salida. FFXI salió en el 2002 y llegó a Europa en el 2004, cuando yo empecé a sumergirme en un universo que algunos califican de peligroso debido a la increíble adicción que puede provocar. Estuve hasta el 2008 inmerso en las batallas de Vanadiel, momento que lo dejé para ir volviendo ya con intermitencias… Hasta diciembre de 2009 que terminé por desconectar debido a que ya no sabía qué hacer.
Las dinámicas de dicho juego exigen una gran cantidad de tiempo. El mayor fallo, a parte de la barrera idiomática, está en la curva de dificultad que hace a este título, el MMORPG más complicado de la historia (De hecho, es el único juego que alberga a un enemigo que jamás ha sido derrotado –o al menos no lo había sido cuando yo me fui-). Todo lo verdaderamente interesante es necesario hacerlo en grupo, a veces en grupos multitudinarios que luego deben pegarse para repartirse botines que tanto trabajo han costado. Algunos intentan organizarse en grupos con normas para proceder al reparto de estos tesoros, aunque al final las conspiraciones y los complots terminan aflorando haciendo que siempre sean los mismos quienes se enriquezcan a costa de los demás, cómo la vida misma.
Estas cosas sólo contribuyeron a aliñar mi desazón, lo que hizo que estuviera jugando sin compañía durante los últimos meses dentro de Vanadiel, haciendo cosas en las que no necesitaba al resto de jugadores. Hasta que finalmente me aburrí y apagué el monitor.
Este mismo fin de semana estuve hablando de esto con mi hermana. Le hablaba del FFXI y del incipiente FFXIV, de lo mucho que me divertí (omitiendo las partes malas que he mencionado aquí para no disuadirla) Intentaba animarla por todos los medios para que se sumase a la nueva aventura que, en teoría, empezará este mismo año. Ella no parece muy convencida. Tal vez lo que más le echa para atrás es el hecho de tener que pagar una cuota mensual. Dice que así no mola. Pero pensando en ello, me di cuenta de un curioso detalle. Durante los años que estuve jugando a FFXI apenas hice gasto en otros juegos. Sólo jugaba a éste, por lo que mis gastos ascendían a los 12 euros de cuota al mes. Desde que abandoné Vanadiel, este vicio se ha encarecido bastante porque, cuando acabo un juego, empiezo con otro. 60-70 euros al mes. Ahora ya he acabado el FFXIII, y estoy reacabándolo de nuevo. Me acerco a la tienda cercana y no hago más que mirar la estantería en busca de un nuevo título: Monster Hunter Tri, White Knight Chronicle, Star Ocean… Sea cual sea el elegido, seguro que me costará mucho más que los doce euros de cuota mensual y me durará tan poco que pasado un mes/mes y medio volveré a fijar la mirada en las estanterías de mi tienda habitual (Menudo chollo tiene conmigo).
Entonces, me paro a pensar en ello y me digo: “Aún falta para el XIV. Más de lo que a lo mejor nos dicen ¿Vuelvo al FFXI?” Pero claro, ¿Para qué voy a volver? ¿Qué debo esperar de una nueva vuelta a un sitio que ya sé lo que voy a encontrarme? Mucha de la gente que conocí ya no está, los que fueron quienes realmente hicieron esta aventura diferente y atractiva, los que quedan están a otro nivel de exigencia que dista muy lejos de mí… Sólo me queda continuar con mis aventuras a nivel individual, como hice la última vez que regresé… Y ya sé cómo acabó entonces. Al final dejé de jugar. ¿Merecería la pena?

2 comentarios:

  1. Ojalá pudiera sacarte de dudas, pero yo no se que es eso de juegos online. Bastante tengo con los normales a los que juega mi marido para tener conocimientos de estos otros. Pero si es cierto que 12 euros de cuota es mejor que estar todos los meses gastando 70. Al menos la vida útil es superior.

    Pero voy a ser un poco puñetera. dices desde 2004, voy a tomar de referencia 2005 hasta 2008 entero. 48 meses, a 12 euros, son 576 euros., el equivalente a 8 juegos que no tienes, pero que si tuvieras, hubieras jugado durante 8 meses. Por otro lado, si durante esos 48 meses hubieras comprado un juego nuevo, hubieras gastado 3.360 euros ¡Qué pasada!

    Todo tiene su lado bueno y malo. El juego online al final fue muuucho mas barato, pese al rollo de la cuota. Pero con el juego tradicional siempre puedes vovler a jugar. Ahora ¿Al final vuelves a jugar un juego antiguo o queda en el olvido?

    Eso ya valora tu mismo.

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  2. Dicho así, creo que duele de cualquier forma ajajaj. Qué friki soy :P

    Pero el problema no está en qué me sale mejor. Evidentemente, el ffxi es muuucho más barato a la larga. Vale que comprando juegos off-line puedes rejugarlos cuando uno quiere, mientras que el online no. Si no estás activado no juegas, y cuando cierren los servidores: bye bye, pero por otro lado, uno no suele jugar a juegos antiguos (Quitando obras maestras) simplemente los almacenas "Por si acaso un día"

    Ahora, el dilema es si vuelvo ¿Qué hago? ¿Vuelvo atado al recuerdo que guardo de aquella época? ¿Vuelvo porque de verdad hay algo interesante de por medio?

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