GH: ganó el ganador

Ya estoy aquí tras el descanso de Semana Santa, un poco más tarde de lo previsto pero es que tuve visita hasta el domingo, y dispuesto a comentar aquello que me dejé a medias. No iba a estar hablando del reencuentro en todas sus galas para dejarme justo la última, la más importante.
Sí, ganó el ganador, el único concursante que ya había ganado Gran hermano con anterioridad, el que lo hizo con récord de porcentaje en su edición. Para Pepe era una gran responsabilidad cuando decidió batirse en duelo con toda la retahíla de expulsados que participaron en la edición especial en honor a Gh. Tenía que revalidar el título, tenía que demostrar que ganó en su edición por méritos propios y que éstos eran válidos para esta nueva competición. A su favor tenía el cariño del público. El que ganó con un 87,3% de los votos ya gozado de algo que otros no tuvieron: ese cariño tan necesario para triunfar. Pero este cariño era un arma de doble filo porque iba a volver a pedir el voto. Pedirlo una bien y tenerlo está bien, pedirlo dos veces podía ser abusar. Pero lo consiguió. Pepe ganó por segunda vez.
Con él ganó también Raquel, ésa mujer que le hizo tan bien en su edición y que volvió a servirle a la perfección para revalidar el título. Raquel, la chica más discreta del concurso, dejó que actuara, que hiciera su juego con respeto hacia ella, además de reencontrarse con aquella mujer de la que parecía que tendría una gran amistad y que quedó en nada.
Esto vendría a ser el resumen de mi percepción –nunca la verdad- de lo que fue la final de la semana pasada, y la mitad del debate de anoche el cual tuve que dejar de verlo al ponerme negro al ver el acoso y derribo a la pareja ganadora. Y es que se nota, se siente, flota en el ambiente. La victoria de Pepe escoció en la séptima edición, pero tal vez ha picado mucho más ver cómo ganaba por segunda vez. Y picaba porque Pepe es como un mago que enseña el truco tras hacer el número de magia. Pepe enseña las trampas de Gran hermano y tira por tierra todo un sinfín de tópicos que rodean el concurso. Pepe es la demostración que se puede jugar a Gran hermano, ir de farol y ganar pese a las miles de cámaras y micrófonos instalados. El programa afirmaba que no se puede controlar todo el tiempo. Y tal vez sea cierto, pero Pepe supo, y dos veces, moverse por dónde quería.
Ya dije en la anterior entrada de Gh que la final era de Pepe, una batalla contra sí mismo. Sus máximos rivales, Silvia y Jorge, no hubieran ganado por méritos propios, sino como arma en contra del estratega. De hecho los argumentos que decían ellos mismos para promover el voto a favor de ellos eran paupérrimos. Que si debían ganar por ser del primer Gran hermano, si lo merecían porque los dos abandonaron en su momento… Vamos, nada que ver con lo que habían hecho dentro de la casa del reencuentro. De hecho, pese a todo, Nico y Ainhoa eran más merecedores que los del Gh sin número.
Nico y Ainhoa han dado mucho a este reencuentro. Aunque eran muchos los que querían verlos fuera, la pareja de GH5 consiguió algo importante: no ser indiferentes. Todos o casi todos los argumentos de la casa giraron en torno a ellos, la atención estaba de un modo perpetuo en los dos, y aunque eso provocó que fueran los más odiados, también pudieron convertirse en los más queridos. Esta vez la audiencia no lo quiso, pero siempre hay casos de otros concursantes igual de polémicos que han contado con el apoyo del público. Consiguieron permanecer dentro desde el inicio hasta el final gracias a la mecánica improvisada de la edición especial y eso consiguió algo que no es muy común. Los malos se suelen caer pronto, ellos fueron finalistas.
En cuanto a los demás, me parecen muy curiosos algunos datos que podemos extraer. Por ejemplo Chiki. En este reencuentro hemos podido ver cómo la cartagenera nunca tuvo apoyo del público. Sólo se salvó en una ocasión, las demás estuvo en peligro. Esto demostraría algo que ya dije en su edición: sin Iván, ella no es nada. Así ha sido en este reencuentro. Otro que sorprende, para mal, es Orlando. Se le acusó de tibio en su edición, de no pringarse. Ahora es un ‘reventao’ más, y encima malo. Gema ha sido muy poco aburrida. Sin Carlitos no ha destacado mucho. Con Silvia se nos ha caído un mito. Aquélla que parecía una ganadora en potencia ha mostrado su patita. Es de las que meten mucha mierda y después huye de la escena del crimen. Ana ha intentado jugar el papel de despechada. Dani el sucio ha dado paso a Dani a secas, sin nada que destaque. Melania fue una fabulosa mala y Amor fue bastante divertida sin quererlo… Hubo mucha más gente que participó en ese reencuentro. ¡Qué lejos queda cuando Indhira se vio de nuevo las caras con Arturo! Aunque diría que tanto tráfico de gente terminó perjudicando a los argumentos del juego. Era como si nada terminase de cocerse, lo cual hizo que fuera menos interesante. Tal vez ahí esté el fallo del reencuentro.
Fuera como fuese, fue un placer ver este homenaje, y lo fue mucho más ver cómo Pepe ganaba de nuevo. Después de una final tan aburrida como la de Ángel, necesitábamos algo como esto. Valió la pena. Ahora a esperar a Gran hermano 12.

2 comentarios:

  1. Como leí en otro blog, ganó Pepe y una que pasaba por alli. De Silvia en otro post ya dije que apenas habíamos podido ver en su edición sus defectos, ya que la historia de amor con Israel los tapó. Su personalidad me gusta, y junto con Jorge eran mis favoritos, pero ¿cuando estuvieron éstos enfadados?.

    La verdad, si hubiera que hacer honor al nombre del programa, los que mejor salvaron las diferencias fueron Bea y Nicky, y de los finalistas, Nico y Ainhoa. Ahora bien, eso de que los malos suelen caer pronto, no fue así, porque en parte el sistema de votación hacía que las parejas dentro de la casa les salvaran (con o sin acierto, ahí ya no entro).

    De todos modos, las parejas potentes no aguantaron (Raquel-Noemí, Jorge-MªJose), y podían haber metido más "caña", con Raquel y Patricia (que esas sí que no se llevaban dentro de la casa), Ania y Mabel, el yoyas con cualquiera.

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  2. Al final volvieron a ponerselo fácil. Algo tiene Pepe, puede que sea estrella, puede que sea suerte. Tenía importantes pesos pesados a batir, pero al final todo se puso a su favor, y nuevamente ganó. Tal vez tienes razon en eso de que es como un mago que enseña sus trucos y eso nos gusta. Pepe nos hace complices de un modo que ningún otro concursante ha hecho.

    Me alegré mucho por él. Ahora, se podía votar por sms por una de las dos parejas. Hubiera estado interesante el % de Pepe por sms solamente y ver el % de su compañera Raquel. Ella es una delicia de persona, pero estoy con Miguel. Ganó Pepe y una que pasaba por ahí. Las otras do parejas sí tenían el peso más repartido. Tal vez eso podría considerarse una desventaja de Pepe que logró sortear. Besos!

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