Épsilon III a punto de caramelo

Hoy toca hablar de nuevo de Épsilon III. La última parte de la trilogía está a punto de aterrizar en Bubok y LibroVirtual y como medio “publicitario” –entiéndase la humildad desde la que hablo-, creó que procede que me detenga un poco para hablar de esta historia y lo que está dando de sí. Tal vez esto sea vender humo, o hyppe (o cómo se escriba), pero el final de esta entrega debe continuar calentando los motores, y por ello hoy ocuparé la entrada en el blog, para que aquéllos que caen aquí, ya sea con intención o por error, indaguen un poco en esta historia. Lo mismo se animan a sumergirse en ella.
La última entrega comenzó su andadura en el verano del año pasado. Tras la publicación en abril de ‘El hijo de la luz’ y su merecido descanso, me volví a sumergir en los mundos de Axelle y Silvanio durante el mes de julio. Había mucho que contar en una historia que parecía encauzada ya en la segunda parte. ‘La Tierra perdida’ destacó por los misterios y las grandes dudas que tenía, una sensación de no saber qué estaba pasando y que muchos de los que lo habéis leído me habéis trasladado en varias ocasiones. Acabó la primera entrega con muchas incertidumbres, con un final que era más una interrupción de un relato inacabado, una sensación que no se repitió en la segunda parte. ‘El Hijo de la luz’ no sólo desveló parte importante de la trama principal, sino que cerró capítulos e historias que se habían abierto en la primera parte, dejando por otro lado una sensación de historia acabada con flecos. Pues bien, esos flecos se han unido en la tercera entrega, dando una nueva visión de la historia. Un nuevo giro que ha creado un transfondo diferente al escenario que se pudo observar en Épsilon II.

Siempre he mantenido que Épsilon es una historia compleja llena de personajes con tramas pequeñas que engordan la principal, haciendo la novela más profunda de lo que hubiera sido si me hubiese centrado sólo en su raíz. Una historia disfrazada de fantasía cuándo lo cierto era que estaba más cerca de la ficción. Además, he intentado que cada parte tuviera una esencia que la diferenciase del resto, o dicho en otras palabras, que cada entrega perteneciera a un subgénero diferente. ‘La tierra perdida’ era una historia de misterio, dónde la sensación de desconcierto se iba pronunciando a lo largo de sus hojas sin develar lo que pasa. ‘El hijo de la luz’ sacó de dudas al lector de lo que estaba pasando, llevando la historia por otros derroteros. Algo más lineal y más previsible. Era acción en su mayoría, ya que los personajes se iban moviendo por el escenario como en un tablero de ajedrez con una misión ya definida.

Cómo podéis entrever, tanto en una parte como en su continuación, la fantasía entendida como mundos mágicos de leyenda distaba lejos de lo que se presentó, a pesar de los nombres que sirvieron como título. Por eso siempre he dicho que Épsilon estaba disfrazado de un género al cual no pertenecía… Al menos hasta su tercera entrega.

El elemento diferenciador de la última parte radica principalmente en esto último. La fantasía que evoca la trilogía por fin aparecerá en cierta medida, algo que se vislumbrará en su prólogo y que irá en aumento hasta su final, dónde la magia de Épsilon intentará poner el broche final a tantas páginas de historia. Así, aliñando misterio, acción y fantasía, se ha intentado crear una historia donde se hilvana géneros cómplices en un intento en hacer algo distinto, aunque siempre existan comparaciones con las que se relacione la historia (Y es que todo influye queramos o no).

Ahora mismo estoy escribiendo el capitulo 55 de los 60 que hay programados –y a estas alturas dudo que existan muchos más-. El guión ya está "cerrado" en los cinco últimos y en un merecido epílogo que narre aquellos acontecimientos que puedan quedar inacabados en la historia principal. Hay quiénes me han preguntado por el final de la historia, interesados por el corte que pueda tener, algo que evidentemente no contaré: ¿feliz o trágico? y la verdad es que a falta de cinco capítulos todavía puede dar un giro de 180º. Todo está en mi mente y pronto estará en papel en función de lo que me digan los personajes, así que sólo puedo invitaros a esperar con paciencia un poco más y que descubráis lo que se ha preparado para el final la novela. No obstante, Épsilon no destacó por ser un libro divertido en cuanto a gracioso se refiere, siempre hubo un cierto halo trágico en el interior de sus páginas, así como de esperanza en que todo puede salir bien. Así que, todo puede ser. Aún está en el aire.

En cuanto a los personajes, Épsilon III traerá a casi todos los que ya vimos. Tan sólo desaparecerán algunos que tampoco destacaron. Otros tomarán un protagonismo que hasta entonces no tuvieron, y aparecerán otros nuevos dispuestos a complicar todo mucho más. No obstante, los principales seguirán al pie del cañón preparados para llegar al final. En sus hojas también habrá espacio para los grandes debates. El primero será político. Los sucesos de ‘El Hijo de la luz’ habrán provocado una necesidad de cambio en los altos cargos que se saldará con una honda división en la población, con conspiradores dispuestos a usurpar el papel de los demás y bandos enfrentados por ideologías diferentes. Y cómo no, seguirá manteniéndose el transfondo religioso, con la necesidad de creer y la muerte como principales protagonistas. Tal vez éste último cobrará especial importancia.

Queda poco para que llegue a Bubok y LibroVirtual, ahora Épsilon es multiplataforma, pero todavía hay que tener un poco de paciencia. Espero, de corazón, que ésta valga la pena.

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