Algo pequeñito hará grande Eurovisión


Ayer asistimos a la ansiada gala de selección del cantante que representará a España en Oslo: una gala un tanto caótica, como casi todas las que hace TVE, con su polémica y con sorpresa. Al principio me pareció estar viendo algo así como ‘Ot: el reencuentro’ pues las seis primeras actuaciones fueron de artistas salidos del reality, pero luego, tras el paréntesis que supuso John Cobra y su grosería, asistimos ya a un segunda parte con artistas ajenos al famoso programa de televisión.

No estuvo mal, a grandes rasgos. Tal vez Venus parecía prometer mucho más de lo que dio de si. Su canción ‘Perfecta’ estaba bien para el certamen, pero su puesta en escena quedó un tanto sosa para el ritmo que lleva. Me llamó mucho la atención sobre todo Mimi. Esta chica no fue santo de mi devoción en su edición, pero las cosas como son. Ella tiene presencia y sabe moverse, algo que no aprovechó. Supongo que sería porque tenía que ir acorde con sus dos compañeras, que lo mismo no estaban tan capacitadas para cantar y bailar al mismo tiempo.

Ainhoa, ganadora de Ot2, presentó un tema muy de su estilo. Me recordó mucho a su tema ‘Mi inquilino’ de su álbum debut, pero no era una canción muy eurovisiva que digamos, y su puesta en escena tampoco destacaba demasiado. Eso sí, su voz es muy personal. Se nota que es ella quién canta, aunque no tuvo suerte. Curiosamente, cuando pensó en presentarse a Eurovisión, le ofrecieron interpretar ‘Algo pequeñito’ y ella rechazó este tema, dejándoselo en bandeja a Daniel Diges.

Fran Dieli salió vestido como si fuera de carnaval con un tema que tampoco iba acorde a dicho vestuario. Un tema pop sin grandes adornos que no destacaba mucho. Tal vez por eso su tema fue el que menos votos del público cosechó. No era para Eurovisión, pero Fran consiguió lo que quería, lo más importante: recordad que aún sigue luchando, que le escuchemos… y durante un rato estuvimos escuchándole.

José Galisteo presentaba otro de los pocos temas movidos que tenía la gala, en inglés y castellano. Lástima que no enseñara un poco de abdominal, porque era la única baza para ganar más adeptos. Hubo un momento que más que cantar, maulló. Pero el tema está muy bien… en estudio.

Samuel y Patricia siguieron vendiéndonos lo mismo que hicieron en Ot7, ése que tan poca gente vio. La canción no estaba mal y jugaban con aquello del dúo de chico y chica. Acabaron la canción con un beso para calentar a sus fans… pero ese truco no les valdría en Oslo. Los europeos desconocen la historia de segunda de estos muchachos.

Lorena sigue siendo para mí un chasco. Ella es un torbellino, se mueve y canta como nadie. Posiblemente es la ganadora de Ot más versátil, más guapa, con más presencia… pero sigue empecinada con baladas que no explotan todo su potencial, que la merma y la deja en un segundo plano. No obstante, la canción ganó en directo, y quedó tercera. Por lo que el balance tampoco fue malo.

Hasta aquí el Ot: el reencuentro, y llegó el friki apoyado por forocoches: John Cobra. Y pasó lo que siempre pasa en estas galas. Los eurofans abuchearon y trataron de boicotear su actuación, algo que no tiene justificación. Nos guste o no, ahí estaba y había que respetarlo. Pero bueno, él era quien se exponía, y se exponía a eso. Los gestos obscenos y su reiterada invitación a chuparle la polla, sobraba. Dejó claro qué tipo de persona es. Por suerte, quedó el último, la posición que se merecía.

Anabel iba a intentar repetir en el festival con una balada potente, un himno para las mujeres dónde lucía su chorro de voz. Era una canción bella y cualquier otro año podría haber sido una candidata perfecta. Pero no este año. Una lástima. No obstante, aunque quedó segunda en Eurovisión hace quince años, hoy se hubiera encontrado un festival muy diferente. Tal vez era mejor no enturbiar aquél magnífico segundo puesto.

Daniel Diges era uno de mis favoritos, junto con Coral (Los mejores para el final). Su canción era una oferta nueva, alejado de temas bailables, electrónicos o latinos. Un vals, lento, pausado, con una buena letra. Logró llamar mucho la atención con aquel elemento diferenciador, pero además con una puesta de escena que seguro fue determinante para ganar. De hecho, tras ver su actuación, envié un SMS para votarle, aunque estaba convencido que sería Coral quién ganara.

Y es que Coral partía como favorita. Era la tercera vez que se presentaba. Ya quedó segunda el año de Chikilicuatre y parecía que por fin se alzaría con el triunfo. Había sido quién más votos cosechó en la preselección, con más de 250.000 votos. Su tema, una gran balada, y el increíble parecido con Mónica Naranjo eran sus principales bazas para alzarse con este triunfo. Su interpretación fue bastante buena y al acabar casi dábamos por sentado que sería ella la elegida. A la tercera iba la vencida ¿No?

Pues no. El jurado dio una ventaja a Daniel Diges de once puntos con respecto a Coral, pero luego el público remató la faena dándole 50 puntos a ella y 60 a él. Algo pequeñito se convertía así en la elegida para que España intente repuntar en Eurovisión, algo que parece imposible, ya que las alianzas de siempre terminan provocando un flaco favor al festival en sí, y particularmente a nosotros.

Como último apunte, Anne nos presentó al notario, ése gran ausente en Telecinco, y aprovechó para preguntarle la participación: 50.000 votos durante toda la noche. No sé si eso me debe sonar a mucho o poco. Por otro lado, las actuaciones de Rosa y Sergio Dalma en riguroso directo estuvieron muy bien pero mal por un cobarde Bustamante que tiraba de playback cuándo toda la gala había sido con artistas valientes que habían atrevido a cantar. Él sólo movió los labios. Lamentable.

Os dejo con Daniel Diges y ‘Algo pequeñito’ que al menos intentará hacer grande Eurovisión.

2 comentarios:

  1. Jejeje, me gusta esa expresión de OT: el reencuentro.

    Ayer vi buena parte de la gala (lo que he pagado hoy levantándome tarde) y la verdad es que podían currárselo un poco más desde TVE. Creo que tienen personal lo suficientemente cualificado y estudios lo suficientemente grandes como para hacer una noche más lucida. Parecía una reunión de cuatro amigos y algo montado de la noche a la mañana. Vamos que como tengan que organizar un festival de Eurosvisión con 24 países, todos en directo, en inglés y con apenas 1 minutos de descanso entre actuación y actuación, creo que les da un colapso.

    Por otra parte, no sé quién ha sido la mente privilegiada que ha elegido a ese jurado (con un Manuel Banderas que tiene un enchufe que da miedo). De todos los presentes sólo salvaría a la Tabares (que ya podía haberle echado una buena reprimenda a Bustamante por cantar en playback). Lo que no tiene perdón es que ninguno de esos cinco dijera críticas constructivas o mordientes, porque hubo actuaciones cuando menos flojillas. Todos lo hacían bien, eran temazos y estaban muy guapos: ¡ja¡, y luego van y se ceban con el Cobra (no sin razón).

    De todas las canciones sólo me gustaba la de Galisteo (versión estudio, en eso estoy 100% de acuerdo contigo), pero ayer su directo dejó bastante que desear, incluso por el coro que no sé la verdad que estaba haciendo, pero tenía menos sangre en las venas........ Del resto, me daba un poco igual. Venus quizás tenía un punto que me hacía gracia y a Coral se notaba que le pusieron todo en bandeja para que ganara: la última, con un buen coro, no como Galisteo, y pétalos al final. Pero quien se llevó el gato al agua, el que iba de tapado y sin ser una diva (el Diges también tiene tableta como Galisteo pero optó por un traje, que eso siempre queda elegante).

    Lo bueno, que público y jurado coincidieron en sus preferencias. Ahora no sé lo que haremos en Oslo pero aventuró que no será una edición muy vista la de este año

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  2. La verdad es que John Cobra la lió parda. Aunque para galas, me gustó más la que presentó Rafaela Carrá hace dos años, cuando Chikilicuatre fue a Eurovisión. ¡Y es que tanto él como los chicos de la Muchachada estuvieron estupendos!

    Y sí, es cierto que los notarios destacan por su ausencia en Telecinco. ¡Qué se lo digan a Jorge Javier...!

    Como siempre, interesante post, Robert :-)

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