Lo que nos queda por ver


Este sábado estaba en casa en grata compañía hablando de diversas cosas. Realmente parecía un momento de estos de balance, donde se habla de todo y nada al mismo tiempo, y sobre todo, se recuerda. La conversación giró por muchos derroteros, desde proyectos para el futuro hasta recuerdos del pasado, algo tan propicio en estas fechas y más cuando el nuevo año ya asoma, porque con el día uno de enero, todos hacemos lo propio: balance, conclusiones y perspectiva para el año que ya estamos viviendo.

En aquella noche hubo un momento en la conversación que mi cuñada dijo algo que rescato para titular hoy: “Lo que nos queda por ver” curiosamente, algo muy parecido a cómo El Gato tituló hace dos meses usando las palabras de la rusandaluza de Gran Hermano, sólo que ella dijo “Lo que me queda por vivir aquí”. No obstante, la conclusión es bastante similar. Yo siempre he defendido Gran Hermano precisamente por esto, el programa es un reflejo de la vida misma, y tal vez por eso muchos lo rechazan. Da pavor pensar que los valores sean los que vemos en la casa de “cristal”, y más si lo medimos por los de este año.

Pero a lo que iba, que GH no es el tema a tratar, en aquella larga conversación, que empezó a las diez y media y acabó casi a las cinco de la mañana, mi cuñada pronunció esta frase que tan bien sintetiza el mensaje que quiero trasladar en la primera entrada del blog de este año.

El mundo está lleno gente de todo tipo –a cada cuál, más rara (empezando por el que escribe esto)–, gente que nos brinda vivencias y anécdotas que quedarán grabadas en nuestra memoria casi de por vida. Muchos de ellos son ajenos de hasta qué punto son recordados y por qué lo son. Situaciones que para algunos pasaron inadvertidas y que para otros quedaron para revivirlas en las largas noches en casa en compañía de los amigos… No hay más que poner un pie en la calle para empezar a toparte con todas las personas que, sin saberlo, pueden marcar un antes y un después, un fotograma que congelaremos en nuestra memoria como una de las vivencias que conforman la película que vivimos día a día. Es como la canción esa de: “Viva la gente, la hay dónde quiera que va” aunque claro, la canción no nos dice qué clase de gente.

Yo, como muchos, también he hecho mi balance del 2009 y mis perspectivas para este 2010, algo que resumo así: ojo, lo que hemos llegado a ver… ¡Y lo que nos queda! Y esta segunda parte es posible que sea la mejor de este breve análisis… lo que nos queda. Porque el mundo está lleno de gente buena y mala, extraña, divertida, obsesionada… pero que es su medida nos hace girar a todos. Posiblemente no haga falta ni que salgas a buscar nada, porque las mejores cosas aparecen de repente, cuándo nadie se lo espera y con el que menos. Por eso, para este 2010, qué mejor que salir y ver. Ver y conocer gente y lugares. Ver todo lo que nos queda, que además, es tanto que seguro que dejamos mucho para el próximo año.

Respecto a las fechas navideñas, ya sólo nos queda la noche de reyes y veremos como el espíritu navideño se apaga a una velocidad vertiginosa (como sucedió con el sentimiento patriótico cuándo ganamos la Eurocopa, que al mes ya todos escondieron las banderas de España). Continuaré con mis cuatro o cinco entradas por semana en el blog, con relatos, percepciones y cosas curiosas que pueda ver por ahí, que como digo hoy, por suerte, nos queda mucho.

A todos ¡Feliz 2010!

4 comentarios:

  1. Amigo Roberto: Feliz año nuevo también para ti y para los que a tu blog se acercan.
    "Lo que nos queda por ver"... miedo me da este pensamiento, porque muchos de los hechos positivos y negativos de nuestra vida nos los organizamos nosotros mismos, y otros, los que temo más, nos lo traen circunstancias incontrolables, que como hecatombes naturales, nos invaden y nos aplastan.
    Los valores de los necios no me interesan, necios hubo siempre y los habrá... no se si conocéis alguno el divertido ensayo "Las leyes fundamentales de la estupidez humana" de Carlo M. Cipolla, pero es una lectura que recomiendo a todos.
    Un abrazo. M.R. Comas

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  2. Personalmente estoy deseando de ver lo que nos queda por ver y lo que nos depara este 2010, con todas esas visitas que espero me hagais, y las que os hare yo. Hoy voy a ser brebe, asi que ya hablamos en otro momento, que tengo cosas que contarte, un abrazo y Feliz 2010 y que los reyes traigan muchas cosas.

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  3. Feliz año a los dos.

    Rosa, no tengas miedo a todo lo que nos queda por ver. Verlo es un síntoma que te avisa que aún estamos en el mundo. El título del ensayo que mencionas me suena mucho, tendré que echarle un vistazo.

    Oscar, las visitas llegarán... y espero que este mismo mes la primera del año. A ver si te pillo por el messenger o te pego un toque para que me cuentes las nuevas del 2010. jeje

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  4. Y lo que nos queda por oír añadiría.

    Este es la primera vez que no hago un balance concienzudo del año, quizás porque correr una San Silvestre el día 31 no te deja fuerzas ni para pensar, o bien porque no tenía ganas de rememorar todo lo acontecido en los últimos 365 días. Los puntales siguen siendo los mismos (vivo y trabajo en el mismo sitio) pero todo lo que se articula en torno a esos dos hechos son bastante variopintos y han roto parte de mis esquemas: he conocido la peor parte de mi, he aprendido que viajar por España es muy interesante y que si uno no cambia, las cosas difícilmente cambian.

    En este 2010 no me he puesto ni propósitos ni he pedido nada para mí. Simplemente seguir madurando y que a mi familia siga siendo feliz. Y lo mismo deseo para todos los asiduos de este blog.

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