Ser verdaderamente original


En la entrada de ayer mismo hice mención a una gran realidad en esto del crear, lo complicado de ser verdaderamente original en una creación propia. Lo hice aludiendo algunos pequeños parecidos que pude ver en la película Avatar en su escenografía con otras creaciones, aunque no hay plagio como tal, como Óscar me apuntaba en el comentario de hoy. Iba a responderle en el mismo hilo, pero como ya tenía pensado escribir esta entrada, aprovecho la misma para dar forma a lo que le hubiera contestado.

La palabra plagio es muy fea, y sobre todo, muy abundante ante proyectos de cierto peso o éxito. Rápidamente nos apuntamos al carro de la acusación y señalamos con el dedo los grandes parecidos que podemos ver en una canción, un poema, una fotografía o una novela con otras obras anteriores, aludiendo así a tres acusaciones igual de graves: la primera, la maldad del creador por intentar hacer suyo conceptos creados por otros; la segunda, el hecho de querer mentirnos; y la tercera (Y la que considero más dañina para el que crea), acusamos al creador de no ser tan original, que necesita tirar del plagio para hacer algo.

Cuando ayer hice mención del parecido de Riverne Site con las montañas suspendidas de Pandora, no quise lanzar una acusación de plagio, es más, es muy posible que James Cameron ni sepa de la zona de este juego para que pudiera tomarla como referencia. Del mismo modo, estoy convencido que Riverne Site no es la primera alusión de unas montañas flotantes en el aire. Las obras de fantasía de la historia ya han creado escenarios de esta índole, cómo también podremos ver referencias mitológicas que aluden a mundos con características similares, por lo que este concepto no es nuevo de este siglo.

Esto sucede en Avatar como sucede en otros muchos aspectos. Ha sido ya tanto tiempo de creación continua por parte del ser humano que a veces parece que ya esté todo dicho, todo creado. Actualmente, las obras que se crean parecen tener ya los ingredientes elaborados: A, B, C, D… dónde el creador se limita a eligir unos cuantos y colocarlos en cierto orden. ¿El mismo perro con diferente collar? No lo creo, pero algunos así pueden verlo, aunque a veces así parece.

A la hora de hacer un guión, escribir una historia o cantar una canción, nos encontramos con fórmulas para todos los gustos, clichés ya muy elaborados que, queramos o no, al final terminamos usando. Ya lo mencioné hace unas semanas, por citar un ejemplo, con Crepúsculo. A pesar del éxito de taquilla que está cosechando Luna Nueva, la relación entre la chica, vampiro y licántropo era de manual, un trío amoroso repetido en tantas referencias literarias que le hizo perder originalidad (Tal vez, lo único que se lo daba eran las referencias vampíricas, y que tampoco abundan en la película).

Es extremadamente complicado hacer algo completamente nuevo y original, sin riesgo a que quede cutre o ridículo y estoy convencido que la autora de Crepúsculo elaboró las relaciones sentimentales dejándose guiar por una fórmula de éxito, por un patrón de comportamiento más o menos comercial, pero de gran aceptación por otro lado. ¿Significa que hubiera plagio? Ni mucho menos. La historia, los personajes, sus conversaciones eran propias… distinto sea que, tras haber visto mil películas o haber leído mil novelas, lo que estés viendo ya no te sorprenda como pudiera haberlo hecho la primera vez que uno vio algo usando dicha fórmula (Y de ahí que las niñas estén como locas con Luna Nueva, dentro de diez años, cuando vean otra película con los mismos ingredientes, no les parecerá tan original).

En la parte que me toca, también he sufrido en mis carnes eso de los parecidos razonables. La gente que ha leído algo mío también se ha lanzado a esto de comparar, algo que es inevitable porque yo también lo hago con otras historias, y ha intentado adivinar de dónde he sacado los argumentos para algunas de las novelas. Crónicas del Amor Oscuro no trataba de despuntar como algo original. Simplemente era una historia al uso que me sirvió de catarsis personal para imprimir en papel ciertas reflexiones personales… y tal vez por eso nadie intentó buscarle un parecido (Aunque algunos buscaron lo biográfico). Se daba por sentado que la fórmula del libro la conocíamos todos. Con el Manuscrito, todos se fueron a la misma novela: El Código Da’Vinci, sólo porque mi odio a la religión hace que busque cualquier excusa para echarlo por tierra y porque la historia hiciera referencias a leyendas conocidas. Pero ¿Acaso el famoso libro de Dawn Brown ha sido el primero que alude a las leyendas? Con los Viteri aún no me ha pasado debido a que todavía no lo ha podido leer la gente en general, sólo algunas personas de mi familia. Pero si alguna historieta de las mías ha generado comparaciones por todos lados, ésa ha sido, sin lugar a dudas, Épsilon.

La trilogía que ya acaba ha sido comparada con todo lo habido y por haber, a veces incluso parecía un intento de decirme: “Eso no lo has podido pensar tú”. Lo han comparado con El Bosque, Resident Evil (Esta comparación si que me dejó muerto), el show de Thruman, Matrix (!!!???)… y hasta con un videojuego al cual no he jugado en mi vida (ya no recuerdo el título que dijo mi amigo Iván) y curiosamente fueron muy pocos quienes supieron leer entre líneas la obra que pudo servir de referente. Pero no nos engaños, la cultura está ahí y como personas que vivimos en el mundo, ésta termina calándonos en lo más profundo e influenciándonos a la hora de crear. Incluso inconscientemente. Por otro lado, es absurdo pensar que una persona que crea contenidos debe saber todo lo que se ha hecho hasta hoy para poder avisar qué toma prestado y qué es de cosecha propia. Es absurdo porque es imposible.

El mayor problema que detecto, es que hoy asumimos erróneamente una idea: los conceptos pertenecen a las personas que los crean. Hoy elaboro una idea y se asume que ésta es de mi propiedad, como si no podría haberse ocurrido antes a alguien, y que, alineados en un mismo pensamiento, éste surja en dos personas diferentes, de la misma o distinta época. Para mí esta idea es un error, pues los conceptos no pueden pertenecer a una persona, sino a toda la humanidad.

Distinto es que Fulano escriba un texto y yo lo copie y pegue en otro documento para decir que es mío (Cuál Ana Rosa en sus momentos literarios). Eso sí es plagio… lo demás son coincidencias de dos personas que, navegando en el mundo de las ideas, tocan los mismos conceptos, algo que personalmente, considero que pertenece al patrimonio de la humanidad… Posiblemente, ese mundo sea lo más valioso que tenga el ser humano.

5 comentarios:

  1. Buenas,

    Por desgracia para mí, pero para suerte de los pocos autores que he leído, apenas he podido hacer comparaciones en los libros que han pasado por mis manos en estos años. Carezco de referentes para hacer paralelismos entre diferentes obras, y en el caso de Crónicas del Amor Oscuro no veo nada que alguien no haya dicho antes pero sin embargo, y es a destacar, observo una síntesis de varios conceptos y argumentaciones utilizadas en la vida real en torno a los pros y contras de una forma de vida e identificación sexual.

    Y esta creo que es una labor que en ocasiones se puede mal llamar plagio; tratar de recoger lo que otros ya han dicho, con tus propias palabras, dándoles otro orden, otro punto de vista u otra vuelta más de tuerca. Resumir, fusionar y saber comunicar y hacer entender son maneras de llegar al público utilizando lo que ya existe pero logrando el objetivo inicial que tiene cualquier creador: que su obra sea escuchada, vista u oída.

    Si todo ello se logra citando las fuentes y siendo honrados no debería haber ningún problema. Además de manera inconsciente, en ocasiones expresamos cosas extraídas de otros ámbitos como fruto de nuestro proceso de aprendizaje en la vida; no es cuestión de que nos queramos hacer dueños del producto de otros sinó que simplemente lo hemos interiorizado.

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  2. Es curioso, hasta día de hoy nadie me había comentado eso de Crónicas. Me ha gustado esta observación. Lo cierto es que, cuándo he leído tu comentario, he intentado hacer memoria a qué hacías referencia, pues a bote pronto, no caía que hubiera teorías de otros a las que reconocer autoría. Al principio pensé que hacías referencia a los modos de pensar que se contraponen o la opinión tan compartida por tantos sobre los estereotipos… pero claro, los modos de pensar no suelen llevar una autoría. Forman parte del conocimiento popular, por así decirlo. Es como aquello que el amor no une, sino que une la hipoteca. Esto es algo muy popular en los comentarios de hoy. Que alguien quisiera reconocer su autoría sobre un comentario como ese, me parece ridículo… Que yo hable en la novela sobre la forma de pensar de Fernando, que afirma, por ejemplo, que todo el mundo se ríe de todos, sean como sean, pues siempre hay un argumento para sacarle punta, no es una conclusión a la que haya llegado yo nada más. Ese argumento pertenece más o menos al conocimiento popular, y que un señor lo diga en determinados foros no lo convierte en su autor (Si esto fuera así, sería un grave problema, pues haríamos cola en el registro de la propiedad intelectual para ponerle la c del copyright a todo pensamiento… y cualquiera se atrevería a decir en alto lo que piensa, no fuera a ser que otro ya lo hubiera registrado con anterioridad)

    Pero luego, haciendo memoria, me acordé del capítulo donde Fernando habla de una charla que tiene con su amigo quien le menciona cosas como el proceso de endoculturación, los agentes sociales, etc. Así que, supongo que haces referencia, más que nada, a este instante de la historia. La verdad es que esto forma parte de una de las clases magistrales de mi antiguo profesor de filosofía, Baldomero. Pero él era de estos que mezcla todo y llegó un momento que las teorías de las que hablaba ya no sabías si eran de Santo Tomás, Plantón o Nietzsche, así que, cuando lo narré, preferí omitirlo para no equivocarme (Claro, entonces tampoco había intención de ponerlo en ningún lado) De todos modos, tampoco hice una reproducción de las teorías filosóficas de quién correspondiera, sino que apliqué ciertos conceptos al tema del libro. No obstante, si me permites esta mal comparación, es como decir que el mundo es redondo y no citar quién llegó a esta conclusión. Porque nosotros sabemos que es redondo no porque lo hayamos comprobado, sino porque otro lo hizo y nosotros así lo hemos aprendido. Mala la comparación, no obstante acepto tu observación de “mal plagio” por omisión… si es que soy malo hasta para plagiar :) (Vaya rollo he soltado, cualquiera pensaría que te estoy echando la bronca… pero ni mucho menos.)

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  3. No cuentes película, que vas de listo jajaja, (Ya sabes que lo digo de broma) Yo estoy con Miguel. No he leído ni visto tanto para sacar comparaciones y tal. Tal vez por eso me sorprenda mas fácilmente que otros amigos mios o mi marido, que no tarda en poner peros a todo. Ahora, lo que yo le digo: asi no disfrutas… es cómo estar buscando el microfono por encima de la pantalla de la pelicula a todas horas…

    De todos modos, supongo que el reto esta ahí, en tratar de ser lo mas original posible… sino, cualquiera podria hacerlo ¿no crees?

    Por cierto, lo del amor y la hipoteca es de mi cosecha… sino de que iba a seguir con el muermo de mi mario xDDD

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  4. Bua, pues no me han pisado a mi escenas, historias, guiones y demás cosas. Como tenga que ponerme a denunciar... Me muero. Todo está dicho y contado, solo queda el Pastiche y la creatividad. Lo mejor es aceptarlo y ya está. Un saludo.

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  5. Mujer, yo creo que no está todo, pero tal vez si casi todo. Despejar la x en la ecuación se pone cada vez más difícil, pero creo que se puede. Saludos

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