Nos quedaremos sin Saw VI



La comisión (in)competente del Ministerio de Cultura ha sorprendido esta semana con una decisión, por lo pronto, extraña y curiosa: la última película de la saga de terror por excelencia de esta década no podrá emitirse en cines convencionales, al ser considerada como pornógrafa, dejando que se emita exclusivamente en las salas X de este país.

La noticia ha sorprendido bastante, y ha caído como una bomba tanto a los seguidores de los asesinatos de Jigg Saw como para Buenavista (la distribuidora de la cinta). Nadie logra entender esta decisión sin precedentes en la historia de la democracia española, y menos la definición que le han atribuido.

La comisión correspondiente ha basado su decisión en los contenidos brutalmente explícitos que contiene el film, considerándolos un atentado contra el buen gusto y que puede perjudicar a los menores que lo vean. Por tanto, para protegerlos, han preferido desviar la visualización de esta película a unas salas donde de verdad se controla a la gente que entra: las salas X. No obstante, esta sobreprotección termina rallando en el absurdo, más cuando no hace mucho los cines emitieron Rec 2, otra película (y esta española) donde los contenidos de vísceras volando son muy similares a los puzzles a los que somete Saw a sus víctimas. Por otro lado, aquéllos que han seguido la saga no terminan de comprender por qué ahora y no antes, por qué se tilda a esta película de algo que ya sabíamos todos, pues detrás de ésta hay otras cinco, cada una bruta que la anterior.

Casi todos los seguidores no aceptan la definición de pornógrafa que le han atribuido, y se niegan en rotundo a tener que sentarse en las sillas de una sala X, donde si tus pies se pegan al suelo no es precisamente por culpa de la coca-cola (sino por otras sustancias que habrán sido derramadas en la sesión anterior –puag-) pero la comisión encargada de esta decisión ha sido tajante: el concepto de pornografía va más allá de los contenidos explícitos de sexo, sino que la palabra engloba todas las variantes de lo obsceno. De hecho, el propio diccionario afirma en su definición: carácter obsceno de obras literarias o artísticas (Aunque dice que pornógrafo es aquél que escribe de prostitución). ¿Queda, por tanto, abierto este sentido para empezar a meter en salas especiales las películas para mayores de 18? ¿Debemos empezar a redefinir el concepto de una Sala X, que vaya más allá de las películas de alto contenido sexual? ¿Acaso el problema no se atajaría si se obligase al cine a impedir la entrada de los menores que intenten acceder al interior de una sala con una película no recomendada para su edad? (como de hecho se impide en bares donde se fuma).

Posiblemente esta decisión traerá consigo más polémica, y ya no sólo con Saw VI, (ya que Buenavista ha dicho que, o anulan la decisión o no se emitirá en cines) sino con próximas películas de alto contenido violento. Yo sólo puedo decir que me parece una injusticia que aquéllos que quieran verla, no puedan, y todo por una decisión de cinco personas, donde tres votaron a favor, con las pérdidas que conlleva... pues por un señor en cuestión, la peli no la veremos –al menos, hasta que no salga en DVD-. ¿Que el problema está en los menores? Pues que los controlen los padres y el cine impida que éstos lo vean, pero los demás deberíamos poder elegir si queremos verla en la gran pantalla o no.

4 comentarios:

  1. A mí me parece bien que la quiten. La película es asquerosa... al menos las anteriores. De Saw solo merece la pena la primera, las demás es puro cine gore y barato, que además puede dar muy mala idea a los más pirados.

    Jorge

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  2. Yo no he visto ninguna en cine, no pagaría una entrada para estar todo el rato mirando para otro lado porque no puedo ver lo que hay en la pantalla, y estoy de acuerdo contigo en que sólo la primera sometía al espectador en un terror psicológico sin necesidad de ser explícito, mientras las demás recurren a las vísceras para hacernos pasar el mal rato.

    Yo no iría a ver Saw VI al cine, pero creo que debería ser decisión de cada uno. Lo que han hecho con la película no tiene sentido alguno

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  3. Lo ilógico de este país es que unos pocos están comenzando a redefinir cada concepto moral de nuestras vidas, por que se creen los únicos que tienen valores morales y que el resto de la ciudadanía ha perdido por el camino, deberían dejar que la gente opine por sí misma, y no tratarnos a todos como meras vacas estúpidas. Y sí opino como tú, que sean rigurosos en cuanto a quienes entran al cine a ver algo de adultos, tan simple como pedir copia del DNI, y no catalogar una película por muy asquerosa que sea como algo que no es,... flipante!!!
    Bs.

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  4. Ahí le has dao! además, es que es muy hipócrita no permitir la emisión de la peli en los cines normales y que semanas atrás pudieramos ver Rec 2. Ahí hay más cosas que no sabemos...

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