La audiencia decidirá


Hace ya un mes un medio el Gato Encerrado retomaba la actividad en su blog de Telecinco.es con una entrada que tituló "La audiencia ha decidido", haciendo homenaje a la frase tantas veces pronunciada por Mercedes Milá durante las galas de Gran Hermano. Su artículo empezaba haciendo un recorrido de lo que ha significado para la televisión esta estructura para comunicar a los concursantes su salida del programa, llegando a afirmar que quedaría grabado en la memoria de los televidentes, para continuar centrándose en una de las lacras propias de cualquier programa de telerealidad; la acusación de manipulación, la amenaza de que no existan decisiones de la audiencia, siendo, lo que sucede en dicha casa (o academia cuando toca OT), parte de un guión escrito desde su inicio.

Yo no sé hasta qué punto hay realidad en esta clase de programas y qué queda en la ficción más absoluta, no sé si lo único que buscan es el desembolso fácil a través de las líneas telefónicas y la aglomeración de SMS (Como curiosidad, el dinero del premio lo recaudan sólo con las llamadas para presentarse al concurso), y para ello procuran incentivar a los concursantes que son más "rentables", o si protegen a los concursantes que más puedan levantar la audiencia, aunque ésta no apruebe la conducta de algunos de ellos.

Esta duda no sólo me asalta a mí. Son muchos los que han dudado de la realidad del programa hasta el punto de acusar a la dirección de oportunista y manipuladora. La disposición de imágenes de un concursante concreto en una semana definitiva puede provocar cierto favor, el número de veces que hablen de él para defenderlo en otros programas, el resumen o los blogs de la propia cadena, también influyen, lo que termina siendo un agravio comparativo para los demás participantes quienes, sin entender por qué, no cuentan con el apoyo más grande: el que da la cadena que emite el programa.

Aunque gatos encerrados y demás blogeros nieguen la existencia de esta práctica (Más cuando beneficia al protegido de turno) no nos cabe duda que existe. Y vale, es normal. La dirección tiene que hacer una selección de imágenes que pueda vender, vender a esa audiencia que tiene que mantener durante el tiempo que dura el concurso. En esa selección siempre habrá beneficiados y perjudicados, pudiendo marcar a los seguidores del programa lo que tienen que votar al no poder ofrecer una visión real y objetiva de lo que sucede en el interior de la famosa casa.

Tal vez la audiencia sí decida, pero con algunos condicionantes. No obstante hay algo que no me cabe la menor duda. Puede que no mandemos con total libertad o con la información necesaria para efectuar un juicio justo, pero hay algo en lo que, la audiencia, sí decide: El share del programa.

Gran Hermano está a la vuelta de la esquina y vuelve más fuerte que nunca tras la décima edición que superó a la anterior en cuando a espectadores se refiere, pero también vuelve a una cadena que está débil, a la que no le funciona ningún programa nuevo (A excepción de Sálvame), a la que se le ha caído programas antiguos y de referencia, una cadena que ha perdido el liderazgo que mantuvo durante cinco años y que se ha situado en valores que no alcanzaba ni en sus inicios. Cierto que esta situación se debe en parte a la entrada de la TDT, la fragmentación de las cadenas y la amplia oferta televisiva actual (Atrás se quedaron las cuotas de pantalla que superaban el 30%), pero no todo se debe a la TDT, sino también a la actitud de una cadena que ha perdido la buena imagen que tenía.

No sé si la audiencia decidirá el nombre de undécimo ganador del padre de los realities-shows, si decidirá quién saldrá expulsado y quien se quedará... Lo que no me cabe ni la menor duda es que si decidirá lo más importante: Si vemos Gran Hermano un año más.
 

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