Dormíamos, despertamos pero ¿Qué encontramos?

Hasta hace poco más de tres meses, pensaba que vivía en un país que pese a sus problemas, era un gran país. Vivía como cada español dentro del sueño que nos han hecho creer como algo real, un sueño que hablaba de un estado democrático, un estado laico que respeta todas las religiones, con un texto llamado Constitución que era el máximo exponencial de eso que llamaban Estado de Bienestar. Y fíjate cuánto ha pasado en estos poco más de tres meses (tres meses y tres días para ser más exactos) que ha hecho que aquel sueño en el que estaba se disipase delante de mis ojos al más puro estilo de una película de ciencia ficción. Algo así como "Matrix", "Abre los ojos" o incluso novelas como "1984".

 

"Dormíamos, despertamos" era lo que decía la placa que Acampada Sol colocó a los pies de la estatua de Carlos III en la puerta del Sol, hasta que fue levantada tras el desalojo de primeros de agosto. Lo que la placa no explicaba era qué vimos tras despertar. Un país triste y deprimido, manipulado por títeres que abogan por intereses ocultos, aunque en su discurso siempre hablen de los menos favorecidos.

 

Al despertar de nuestro Matrix particular descubrimos que esa democracia que creíamos tener, tan sólo era una tapadera de un partido político que tiene el poder absoluto. Un partido dividido en dos, PP y PSOE, que ha montado el sistema sin escatimar en trabas para evitar que llegue otro y desmonte el chiringuito. Creíamos que vivíamos en democracia, y sí, votamos cada cuatro años, pero siempre a los mismos, a los integrantes de este PPSOE poseedor de algún anillo único que nos ata a sus tinieblas. Y no es algo que en realidad deba sorprendernos, pues no podemos olvidar que España es un país donde el fascismo triunfó y que después no pudo ser derrotado.  Estamos acostumbrados a las dictaduras, aunque ésta esté disfrazada de democracia.

 

La muerte del dictador fue el inicio del sueño. Un Rey elegido por el propio dictador fallecido y un grupo de políticos, unos afines a la dictadura y otros que habían estado trabajando en la sombra, empezaron a urgir este sueño del cual algunos ya hemos despertado. Crearon este juego democrático blindado y escribieron una Constitución que en realidad se trataba de un panfleto con artículos que gustaban al pueblo, pero que podían saltarse a la torera cuando quisieran. Y no es algo que diga yo. Sólo hay que echar un vistazo a los últimos sucesos para darse cuenta de ello:

 

Artículo 19.

1.       Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional.

2.       Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de España en los términos que la Ley establezca. Este derecho no podrá ser limitado por motivos políticos o ideológicos.

 

Artículo 20.

1.       Se reconocen y protegen los derechos:

- A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

- A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

- A la libertad de cátedra.

- A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2.      El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.

3.       La Ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.

4.       Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.

5.       Solo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.

 

Artículo 21.

1.       Se reconoce el derecho de reunión pacifica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.

2.       En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.

 

Éstos son algunos ejemplos de lo panfletario de la constitución, ya que bien sabemos todos que estos días esos artículos han sido ignorados apelando a Ordenanzas Municipales o leyes de rango similar (que evidentemente deben estar por debajo de la Constitución) para impedir así el libre acceso a Sol durante los primeros días de agosto, dónde la plaza quedó tomada por la policía. También cuando la Junta Electoral Central prohibió las manifestaciones durante la jornada de reflexión, o también cuando se procedió a la detención a un periodista acreditado por informar sobre el desalojo de Sol y las trabas puestas por la policía para que otros medios fueran testigos de lo que estaba sucediendo, eliminando así derechos que sólo podían quedar abolidos en caso de declararse el Estado de excepción. Dicho así, parece que estamos hablando de Pakistán o Egipto, pero no, es España. Y eso sin querer entrar en otros artículos como el derecho a la vivienda digna o del Estado aconfesional.

 

Éste último ha sido el protagonista en las últimas jornadas como consecuencia de la visita del Papa, ese ex-soldado nazi, dónde un Estado como el nuestro, que se considera aconfesional, ha patrocinado sin miramiento alguno una visita carísima que apenas reporta beneficio a la zona. 50 millones de euros, ni más ni menos, en periodo de crisis (o estructuración del sistema), para que personas de diferentes lugares del mundo puedan invadir Madrid. Que no engañen a nadie, los cuatro días de Orgullo Gay han dejado más dinero en la ciudad con el mínimo apoyo del Ayuntamiento que toda la semana de JMJC (Jornada mundial de la juventud CATÓLICA). Ocupación hotelera al 70% y restaurantes y bares con la afluencia habitual del mes, y es que la JMJC es de la cofradía de la Virgen del Puño. Sólo tienen dinero para comprarse la mochila y poco más. Aunque el colmo de todo el asunto llegó durante la jornada de ayer, cuando la marcha laica protestaba (Con autorización, pese a que la Constitución dice que no es necesaria) por el gasto de la visita papal con fondos públicos. Si es un Estado aconfesional, el país no debería asumir el gasto. En cualquier caso, debería asumirlo la Iglesia. Pues bien, en un alarde de buen hacer, dejaron que ambos colectivos se encontraran en la emblemática Puerta de Sol, dónde los católicos procedieron a provocar con vítores al papa nazi y a agredirlos cuando éstos les respondieron al grito de "Ignorantes".

 

La verdad es que es un panorama triste, vivimos diciendo una cosa y haciendo otra muy diferente. El sistema es una gran mentira tan grande como la propia crisis que vivimos. Que no nos engañen, crisis hubo en el 1929, cuando algunos ricos llegaron a suicidarse al caer en la bancarrota. Lo de ahora es otra cosa. Una reestructuración del sistema para que los ricos sean más ricos y los pobres aún más pobres, si no, de qué puede hacer Telefónica un ERE teniendo beneficios ¿Qué es eso de que compren casa? ¿Trabajo fijo? ¿Derechos laborales? Paparruchas. Esta "crisis" acabará con todo eso. La gente no tendrá ya trabajos fijos, sólo encontrará puestos gracias a empresas de trabajo temporal para que ni de vacaciones nos podamos ir, con la gran oferta que hay ahora de mano de obra, ésta se ha abaratado y además las empresas pueden amedrentar a sus empleados con la amenaza de que no encontrarán otra cosa. Ya por fin nos tienen donde querían.

 

Así pues, esta sociedad del siglo XXI no es tan diferente a la del siglo XVIII: lo de democracia, Estado aconfesional y derechos laborales son sólo parte de un articulado de una constitución panfletaria para hacernos creer en esa ilusión, con los medios de comunicación como principales cómplices de la mentira. Llegan las noticias en pleno mes de agosto y te cuentan que hace calor ¡Qué gran noticia! Lo raro hubiera sido que nevase ¿no? Por eso hoy seguimos como hace dos siglos, a merced de los ricos, sin garantía alguna y pagando por los errores de otros. Simplemente somos mercancía con la que traficar.

 

1 comentario:

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo... Además Madrid es un hervidero de situaciones injustas que me causan una enorme impotencia desde la distancia.
    Besos miles

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