Seremos asesinos


No me cabe la menor duda, dado a la susceptibilidad de la gente con ciertos temas y las fantasiosas teorías para explicar el comportamiento humano, que yo terminaré siendo un asesino. Sí, seguramente acabaré buscando una espada afilada para desfogar mi rutina diaria matando a todo aquel que se cruce en mi camino, al más puro estilo de un juego de rol. Porque si te gusta jugar a los videojuegos, y lo manifiestas alegremente, siempre te encuentras con alguien que te dice que acabarás loco.

Ya ha habido varios casos famosos de asesinos que, inspirados en juegos o películas, han cometido verdaderas atrocidades, lo que ha servido de pretexto para otros tantos para atacar, tanto al séptimo arte como al de los videojuegos (posiblemente ¿lo podemos considerar el octavo?) Los gobiernos más sensibilizados han empezado a poner cartas en el asunto. Países como China, Colombia, Estados Unidos o incluso Alemania no han dudado a la hora de tirar de la censura pura y dura para evitar que ciertas imágenes de violencia explícita lleguen a los hogares, sirviendo de fuente de inspiración a los nuevos asesinos del mañana. Y a mí, todo esto me provoca una inmensa carcajada.

No sólo me parece un increíble absurdo culpar al cine o a un videojuego de las acciones que una persona pueda hacer en un momento dado, sino también una gran hipocresía. En primer lugar porque, esas películas y esos juegos que sirvieron de fuente de inspiración, fueron vistas por otros miles de personas quienes no tuvieron esos instintos asesinos. Que un fulano decida emular a un héroe de juego y acabar así con su familia porque los considerase los enemigos (Como el famoso asesino de la katana) responde a un desorden mental que tiene el susodicho en cuestión, juegos y películas a parte. El juego no comió la cabeza a nadie, no entró en su mente para instarle a cometer las atrocidades por las que más tarde le culparían. El desorden ya estaba ahí.

En segundo lugar, y ya lo más gracioso, me resulta curioso que países como los antes mencionados, no tengan ningún tipo de reparo en censurar y marcar las pautas a los creativos del cine y videojuegos si quieren vender su producto. Toman estas medidas para evitar ¿el que? ¿Los trastornos? Y sin embargo sus políticas para adquirir armas, ya sean pistolas, escopetas, navajas o espadas, son irrisorias. El juego lo censuran para evitar imágenes violentas, pero tener un revolver es un derecho constitucional para los Estados Unidos... Lo curioso es que, el juego no mata... pero la pistola sí.

Vivimos tiempos extraños, donde nos obsesionamos por cualquier cosa y, la mayoría de las veces, actuamos con medidas tontas y absurdas... porque si queremos evitar que un estudiante abra fuego contra sus compañeros de clase, como si estuviera jugando a matar zombies, antes de censurar Resident Evil, ¿No sería más lógico evitar que se hiciera con el rifle? Intereses ocultos, del sector de la venta de armas, juegan en nuestra contra. Hoy en día la sociedad sentencia que, si juegas a Final Fantasy, acabarás empuñando un hacha para matar a tu pareja... Y para evitarlo, ración doble de censura. ¿Curioso, no? En fin, tened cuidado conmigo, pues según estas observaciones terminaré siendo un asesino...
Me voy a comprar el hacha.

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